Gran preocupación genera el actual estado del atrio de la iglesia San Francisco de Asís de la comuna de Rancagua. A simple vista se pueden observar los daños que tiene esta edificación lo que genera un gran peligro para los transeúntes que se desplazan por la zona, así como también para los feligreses que visitan este templo.
Este espacio fue inaugurado, el 25 de marzo de 1904, con innovaciones de tendencias neoclásicas. Ubicado en el Paseo Estado con Millán tiene 15,4 metros de altura; 21,3 metros de base; y 58,2 metros de largo. El terremoto de 1985 derribó parte del frontis y techumbre. Quedaron deterioradas ocho columnas de la nave central. El atrio presentaba peligro de derrumbe, por lo que recibió indicaciones que hacían necesario demolerlo. Esta remodelación finalizó en 1999 con la reconstrucción del atrio a cargo de la División El Teniente, de CODELCO, que donó su recuperación. Es el actual.
En 2007, los Franciscanos dejan la ciudad de Rancagua y en julio del 2012 entregan el templo de San Francisco y sus edificios anexos en comodato por 50 años al Obispado de Rancagua. Es asignado un sacerdote diocesano como párroco, siendo el actual el Pbro. Arul Dhas Francis.
Actual situación del nártex
El terremoto del 2010 dañó ahora el templo. El proyecto para su restauración consideró reforzamiento estructural para que cumpla con la actual norma sísmica y repare sus daños, pero se dejó fuera el atrio porque no se apreció daños que hicieran necesario intervenirlo.
Así las cosas, a comienzos de 2019 la obra de restauración del templo llegaba a su fin y se iniciaron trabajos menores en el atrio, durante los cuales surgieron indicios de deficiencias constructivas y soluciones que no cumplen con las normas legales. Se pidió un diagnóstico profesional al ingeniero Juan Mendoza quien visitó el lugar en abril del 2019 y emitió un informe preliminar cuyas conclusiones indicaron daños importantes, signos de debilidad en la estructura, elementos que no cumplen la normativa y sospecha de problemas que lo llevaron a recomendar un estudio más profundo.
En aquel entonces, por indicación del Gobierno Regional, la Dirección de Arquitectura del MOP contrató especialistas que tomaron muestras del atrio para su análisis en un laboratorio de Santiago cuyo informe sirvió de base para el nuevo estudio del ingeniero Mendoza, quien el 8 de octubre del 2019 entregó sus resultados. Concluye la existencia probada de daños importantes en la estructura e incumplimiento de actuales normas legales, lo que hace necesario un reforzamiento estructural de gran envergadura que le asegure solidez, resistencia y firmeza, además de cumplir la actual norma sísmica.
Según estos estudios, el atrio en las actuales condiciones presenta un alto riesgo para quienes transitan por su alrededor, con peligro de desprendimientos y eventual desplome, si hubiera un sismo de relativa magnitud. Se consideró urgente resolver este riesgo de inmediato. Por esto, el acceso frontal permanece cerrado obligando a usar los accesos laterales con las limitaciones que ellos implican.
En septiembre de 2020 el alcalde de turno, Eduardo Soto constituyó una Mesa de Trabajo integrada por 4 funcionarios del Gobierno Regional, 3 de la Municipalidad de Rancagua, 2 de la Dirección de Arquitectura del MOP regional, el párroco de San Francisco y el director ejecutivo de la Fundación La Santa Cruz. En dos reuniones analizaron dos alternativas; reforzamiento del atrio actual, y reconstrucción de un atrio nuevo.
Frente al reforzamiento del atrio actual se señaló que es más caro reforzar que demoler lo que hay y reconstruir uno nuevo; además implica cierre perimetral del atrio, durante varios meses, como protección de peatones lo que limita el acceso al templo y el uso de gran parte de calle Estado frente al templo, generando un obstáculo en una calle peatonal de gran afluencia en el damero central.
Otros argumentos reforzaron una posición contraria al reforzamiento del atrio actual. Al contrario, ante la alternativa de reconstruir un atrio nuevo se consideró que tiene menor costo que la alternativa anterior y, si se demuele de inmediato permite usar el templo sin el riesgo de derrumbe. Esto deja tiempo para preparar la reconstrucción del nuevo atrio, conforme a la normativa actual y recuperando su diseño original.
En esas Mesas de trabajo se acordó que la Iglesia asuma la demolición del atrio ya que ni el Estado ni la Municipalidad pueden financiar este tipo de obras, salvo que sean parte del proyecto de reposición, lo que demorará unos dos años.
Por tratarse de una zona y un edificio de Conservación Histórica, el alcalde de Rancagua actual, Juan Ramón Godoy pidió la autorización correspondiente para demoler, al Seremi de Vivienda y Urbanismo quien, el 19 de abril pasado, emitió el oficio n° 558 que autoriza la demolición con lo que la Municipalidad puede decretar su ejecución.
Dentro de dicho informe se manifiesta lo siguiente:
«La estructura en el estado actual en el que se encuentra no presenta un comportamiento sismo resistente, siendo un riesgo para las personas que transitan por las calles aledañas y personas que ingresan al lugar.
El comportamiento independiente del atrio, la inexistencia de junta entre construcciones y la moderada afectación de resistencia de los elementos estructurales primarios, entendiéndose estos, los que resisten las mayores fuerzas y mantienen la estabilidad, afectan el adecuado comportamiento antisísmico en ambas direcciones”.
Que, según la normativa vigente, et artículo 148» de la Ley General de urbanismo y construcciones establece que el alcalde, a petición del director de obras Municipales, podrá ordenar la demolición, total o parcial, a costa del propietario, de “obras que no ofrezcan las debidas garantías de salubridad, o que amenacen ruina”.
El Artículo 156 de la Ley General de urbanismo y construcciones señala que cuando el peligro de derrumbe de una obra o de parte de ella fuere inminente, el municipio podrá adoptar de inmediato todas las medidas necesarias para eliminar el peligro, incluso la de demoler sin más trámite, total o parcialmente la obra, todo por cuenta del propietario del inmueble.
Pese a que han pasado más de 7 meses desde la emisión de este oficio donde se autoriza la demolición, desde la municipalidad de Rancagua aún no han decretado su ejecución, situación que preocupa cada día más a los miembros de la iglesia.
LA FACHADA ESTA CERRADA
El Padre Arul Dhas Francis párroco de la parroquia San Francisco de Asís de Rancagua, señala que actualmente están ocupando el templo por el costado por Millán y por Estado, ya que la fachada no se puede tocar, está cerrada.
“Cuando se detectó el problema, cerraron la fachada con diversos elementos, pero cuando llegó el estallido social, los jóvenes sacaron todo para hacer barricadas y de allí quedó abierto la fachada de nuevo. Nos dijeron que la iglesia tiene que botar la fachada, y que el MOP iba a construir, ese era el trato y entonces empezamos a trabajar para conocer cuanto costaba la demolición. Cotizamos con diversas empresas todos pidieron entre 45 y 50 millones, estamos esperando el decreto del alcalde”, aseguró.
El párroco considera que no es justo que aún no se emita el decreto de demolición y considera que “eso lo están dilatando nosotros necesitamos de la Municipalidad que nos llegue un decreto para demoler fachada. El alcalde está consciente, sabe el peligro que esto representa, es muy inteligente y sabe lo que está pasando en su ciudad, yo no necesito explicarle a él, es un hombre que sabe muy bien”, recalca.
Asimismo, hizo un llamado a Juan Ramon Godoy para que le dé celeridad al decreto “yo con mucha humildad le pido al señor alcalde que para que apuremos la causa y que sea más generoso con nosotros y apruebe rápidamente el decreto de demolición, para así nosotros tocar las puertas y saber quiénes quieren cooperar, ahora sí la Municipalidad asume esta tarea junto con el decreto y llegan con maquinarias para demoler, se lo agradeceríamos muchísimo, pero estamos esperando es por el alcalde”.
Por su parte, Roberto Urbina, director ejecutivo de la Fundación La Santa Cruz expone que esta fundación fue creada después del terremoto del 2010 para coordinar las gestiones que permitan la reconstrucción de los templos que fueron afectados y dañados por el terremoto, que son alrededor de 50.
“El templo de San Francisco de Rancagua sufrió daños estructurales con el terremoto de febrero del 2010, los muros estaban quebrados, pero además de los daños del terremoto después del 2010 hubo una nueva norma antisísmica una legislación en Chile para fortalecer las construcciones a objeto de defendernos mejor de los terremotos y temblores”.
Urbina destaca que “hay que tomar conciencia, el actual atrio es un peligro, porque en un sismo grande, fuerte pueden caer pedazos o puede caerse entero y derrumbarse, y eso significa, un daño que puede provocarle a mucha gente, incluso a los transeúntes. Nosotros estamos con un temor, con una angustia muy grande ante la posibilidad de ese peligro. Por eso tenemos instrucciones del Obispo, de que esto tenemos que demolerlo lo más pronto posible, esto significa para la iglesia un gasto cercano a los 50 millones de pesos y no tenemos ese dinero. Hemos conseguido con el aporte de una empresa de la región y con una fundación de Santiago 10 millones de pesos, pero falta el resto”.
“Me imagino que el alcalde Juan Ramón Godoy está al tanto de la situación, porque es él, quien pidió a la Seremi de Vivienda la autorización, por lo tanto, tiene que estar al tanto. Nosotros estamos a la espera de que el alcalde emita el decreto en el que nos autorice a demolerlo, el llamado es a que lo haga pronto porque esto es un peligro para los peatones y los feligreses”.
Consultado el municipio de Rancagua sobre esta situación, al cierre de esta edición, desde el departamento de comunicaciones de dicha entidad señalaron que se encontraban recopilando información para entregar una respuesta sobre estos requerimientos.