Producto de un convenio con la Municipalidad de San Vicente de Tagua-Tagua, el Centro Regional de Investigación de INIA Rayentué se encuentra en plena fase de ejecución de un proyecto que busca la creación de un semillero comunal popular, gracias a la colaboración de la Cooperativa Campo Fértil, a quienes se les hizo entrega de semillas tradicionales para su siembra y posterior utilización.
Junto con ellos, también participa el Liceo Técnico Profesional El Tambo de dicha comuna, donde tanto docentes como alumnos han recibido diversos almácigos y están siendo capacitados en su manejo, mantención y cosecha. Siete variedades de porotos, ocho de lechugas, dos de tomates, dos de maíz y una de zapallo italiano son parte de las semillas entregadas de manera totalmente gratuita tanto al liceo como a la cooperativa, esta última responsable de la continuación del proyecto “Semillero Popular”.
Para Bárbara Vega, investigadora de INIA Rayentué y coordinadora del proyecto, «las semillas tradicionales cada día cobran mayor importancia entre los pequeños agricultores del país, ya que las están prefiriendo a la hora de producir sus cultivos, debido a su capacidad de adaptación a los cambios del entorno (cambio climático), por su amplia base genética y por sus características únicas, que la hacen interesante para los consumidores. El INIA -a través de este convenio- promueve la producción de semillas tradicionales mediante prácticas agroecológicas a través de las capacitaciones y del establecimiento de Unidades demostrativas, de manera de otorgar sostenibilidad al sistema predial del productor de la Cooperativa Campo Fértil y de la Escuela Agrícola”.
“Los productores y todos los que participamos de este convenio, no queremos que las semillas antiguas se pierdan y debemos aprovechar los cientos de especies y variedades con las que cuenta el Banco de germoplasma de INIA La Platina a cargo de Erika Salazar, profesional que también es parte de este hermoso trabajo», enfatizó Vega.
Para un mejor desempeño y gracias a recursos provenientes de Sercotec, la Cooperativa consiguió hacerse de una máquina germinadora, lo que permitirá avanzar más rápido en el proceso, a diferencia de los almácigos plantados en El Tambo, los que están bajo un invernadero convencional. El proceso llevado a cabo por Campo Fértil permitirá que sus 11 cooperados puedan comercializar estas semillas tradicionales entre distintos proveedores, así como en sistemas de “delivery” asociados a ellos.
Este proyecto tiene un monto de inversión cercano a los $29 millones, de los cuales $7.5 millones son puestos por INIA y más de $21 millones corren por parte de la municipalidad. Permitirá, también, crear un Grupo de Extensión Tecnológica (GET) con las y los productores locales y participantes de esta iniciativa