- La encargada de este departamento, hermana Claudia Lazcano, aseveró que “un pan que se comparte, sabe mejor que uno que se deja endurecer de tan guardado que esta”.
Con el inicio del tiempo de Adviento, la encargada de la Pastoral de Migrantes de la Diócesis de Rancagua, hermana Claudia Lazcano entregó un mensaje, llamando a los fieles de las diferentes comunidades a acoger a los migrantes.
En ese sentido, señaló que “en esta navidad debemos arrodillar nuestro corazón en el pesebre y detenernos a contemplar el rostro de ese tierno niño que se nos da, seguramente habrá muchos rostros en él, que nos hablará del amor profundo que tienen por cada uno de nosotros. Un bebé extiende los brazos para sentirse amado, para entregar alegría y conmovernos con su divina ternura”.
Agregó que “en esta hora de misericordia y gozo, pedir los unos por los otros. Apoyarse fraternalmente, que esta Navidad no sólo tenga sabor a pan de pascua… que tenga sabor a evangelio, y que éste se convierta en hechos concretos “un pan que se comparte, sabe mejor que uno que se deja endurecer de tan guardado que esta”.
Siguiendo esa línea, propuso: “Invite a una familia cercana a usted que sabe que no puede tener hoy una navidad digna, regale con dignidad un apoyo en canasta de alimento y útiles de aseo, compre para u niño o niña un regalo extra… hay tantas formas de ser creativos. Los grupos en las parroquias pueden ofrecer un compartir… lo importante es no dejar de contemplar el rostro de este niño divino que nos brinda la oportunidad de recibirle”.