Fin de año es una época especial para Alberto Avendaño, vigilante en el control Maitenes en El Teniente, ya que fue un mes de diciembre, pero hace doce años, cuando ingresó a la División.
“Antes trabajaba en los camiones blindados que transportan remesas y me tocaba visitar El Teniente, porque entre los servicios que prestábamos estaba la carga de cajeros automáticos e íbamos al de Colón. También veníamos a fin de mes, cuando se hacían los pagos en el área alta hace varios años”, cuenta el hombre de 38 años.
¿Cómo llegaste a la División?
Supe que habían abierto postulaciones y decidí inscribirme. Me llamaba la atención porque era una muy buena oportunidad laboral, por lo que los vigilantes me comentaban cuando yo subía. Dentro del mundo de las empresas de seguridad, se habla de Codelco como lo mejor. Y empecé a pasar etapas, no conocía a nadie en la División, entré con 26 años.
¿De qué se trata tu trabajo?
Esencialmente de control y fiscalización de las normas. Que cada persona que ingrese a la División porte su Tarjeta de Identificación Personal (TIP), que los vehículos estén autorizados, que los conductores tengan sus licencias al día.
Los fines de semana hacemos alcotest aleatorios, tanto a conductores como pasajeros. Porque si un trabajador viene con consumo de alcohol y llega a manejar una máquina pesada, puede provocar un accidente.
También fiscalizamos todas las cargas que ingresan y salen de la División. Hacemos revisión de buses, donde se han identificado cosas que van desde una herramienta que no fue declarada como corresponde a incluso sustracción de cobre. Para todo eso hay procedimientos.
¿Cómo han sido para ti estos doce años en El Teniente?
Muy buenos, he aprendido mucho. Todo lo relacionado a la minería era algo nuevo para mí. Yo había trabajado en seguridad, pero venía de haber estado dos años en la Armada de Chile, luego fui guardia de seguridad y después estuve en los camiones de remesas. Codelco era un mundo nuevo.
Cuando recién entré me invitaron a una reunión y explicaron a dónde iban los excedentes, que son para todos los chilenos. Ahí me di cuenta de lo importante que es Codelco y me impactó mucho el énfasis que le dan a la seguridad. Me empecé a nutrir y alimentar cada día de la exigencia, del conocimiento de los colegas más antiguos.
¿Qué ha aportado la División a tu vida?
Le he entregado mucho a la División, pero la División me ha entregado mucho a mí también, ha sido mutuo. Estoy muy contento de todo lo que he logrado, aprendido y avanzado, tanto en lo laboral como profesional. Cada día crezco más y mi familia está orgullosa de que esté trabajando aquí.