Dr. Carlos Esse, director del Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible de la Universidad Autónoma.
Es sabido que el Cambio Climático se ha establecido en nuestro país, afectando a los distintos rincones de nuestra geografía, y cuyos efectos se han dejado ver y sentir. Los casi 14 años de sequía, han alterado los ciclos naturales relacionados a la fenología de ciertas especies arbóreas, entre ellas, los frutales que revisten gran importancia para el desarrollo económico de las provincias del centro y centro-sur del país. Sin embargo, todas estas manifestaciones climáticas, que parecen ser muy erráticas, forman parte de los eventos climáticos extremos que son cada vez más frecuentes e intensos. Hace unos días, la ministra del Medio Ambiente Dra. Maisa Rojas, señaló que es esperable un incremento en la frecuencia de la sequía, olas de calor, marejadas y otros eventos extremos. Pero ¿qué quiere decir esto? En términos simples, que el verano 2023 presenta gran probabilidad de altas temperaturas, las que se dejarán sentir, sobre todo, en aquellos lugares donde no suele ser un fenómeno de mayor preocupación, por lo cual es justamente en dichas áreas donde las personas deberán estar atentas al comportamiento de las llamadas Olas de Calor.
Estos episodios de aumento de temperatura son cada vez más frecuentes, y se dejan sentir en la población con mayor rigurosidad en las zonas urbanas, dado que en ellas se producen las llamadas Islas de Calor, que están directamente relacionadas con la materialidad y superficie construida, lo cual eleva las temperaturas a niveles que pueden llegar a ocasionar graves problemas de salud, sobre todo si consideramos que en Chile el 87,8% de las personas viven en las ciudades (Censo, 2017). El año 2017 se registraron temperaturas por sobre los 40°C en el Maule y Bío Bío donde se alcanzó los 44°C, fenómeno que se repitió el año 2019 en la zona central del país. De acuerdo con lo anterior, la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) dio a conocer que prácticamente el 75% del territorio nacional ha presentado temperaturas entre normal a más cálidas de lo normal en los últimos periodos estivales.
Finalmente, cabe indicar que es muy probable que durante el verano el comportamiento de las temperaturas sea similar a lo observado en el hemisferio norte, donde se superaron los 40°C llegando a 45°C en algunos países. Aunque a nuestro favor juega la gran cantidad de agua que rodea al cono sur de América, lo que contribuye a regular los eventos extremos y que las temperaturas no sean tan altas ni persistentes. Es por ello, que se recomienda ser cautelosos con la exposición directa al sol, tomar las medidas de protección necesarias, y a estar atentos a las indicaciones. La idea es disfrutar de un verano en familia, el cual se espera sea muy caluroso.