Este 16 de diciembre recién pasado dejó de existir a sus 98 años, la señora Sara Elena Ramírez Cuevas, una destacada Dama de Rojo por más de 40 años y una abanderada oficial muy querida en la institución en la que incluso llegó a ser su vicepresidenta.
Sara se dedicó a sus hijos, Hernan, Mauricio, José Miguel y Diego. Se casó con el padre de sus hijos, Manuel Jiménez, de quien enviudó a sus 47 años por lo que debió hacerse desde ahí cargo de sus cuatro hijos varones que aún seguían estudiando.
Siempre la recordarán como una gran mujer, madre abnegada, abuela y bisabuela amada, una mujer con inigualable fortaleza, al sobreponerse a una segunda gran pérdida, la muerte de su hijo mayor Hernán. Para todos fue una gran persona, muy querida en la comunidad rancagüina.
Pero su familia y con especial cariño, sus 8 nietos y 11 bisnietos, la recordarán por siempre y con un profundo amor. Todos ellos se sienten afortunados se haber tenido a Sara en su familia por muchos años, siempre preocupada, con muchas historias y anécdotas. Su nieta Pamela la recordó con unas palabras de despedida en sus exequias: “Me quedo con la imagen de la tremenda mujer que fuiste, una gozadora, que amaba su familia, una mujer fuerte y autosuficiente, imposible de pasar indiferente en la vida de las personas. Con una capacidad infinita para hacer sentir bien a la gente, con tus palabras, tu mirada, tus gestos y tus cariños. Una mujer sin prejuicios, moderna, abierta de mente que no discriminaba a nadie”.
De igual manera su bisnieta Valentina Aliaga, la recordó con muchas anécdotas. “Tu personalidad era lo que te identificaba, a veces de carácter muy fuerte y otras veces de carácter muy dócil, solo te dejabas querer. Siempre fuiste muy preocupada de nosotros. Por las tardes cuando sonaba el teléfono fijo sabíamos que eras tú, ya que eras la única que llamaba por ahí. Preguntabas que como estábamos, como nos había ido en las pruebas, que como estaba tu regalón, el que te llevaba cositas ricas cuando te bajaban los antojos”.
Sus familiares, amigos y todos aquellos que la conocieron a ella o a su familia, la despidieron este sábado 17 de diciembre en una emotiva misa realiza en la Catedral de Rancagua, para después llevar sus restos para ser sepultados en el Cementerio N°1 de la ciudad.