Gisella Abarca- Julio César Moreira
Este viernes 20 de enero, a las 19:00 horas en el Teatro Lucho Gatica, el municipio de Rancagua y su consejo municipal rendirá un merecido homenaje a don Antonio Ruiz Figueroa conocido como “Don Toño”, suplementero de diarios por cerca de 70 años quien será reconocido como personaje típico en el Día del Roto Chileno, festividad que desde el año 1889 conmemora los soldados que participaron en la Batalla de Yungay en esta misma fecha.
“Sentí mucha emoción al saber que fui elegido, porque yo ya tengo mis años y tantos años que estoy trabajando y que se me reconozca mi trabajo me dejó muy contento. Me siento alagado, contento, porque uno sale a trabajar día a día, a mí me gusta mi trabajo, pero que me hayan premiado por lo que hago es algo muy lindo para mí, si bien sé que la gente de la calle me quiere mucho por lo que hago y por el tiempo que llevo, no me lo esperaba, así que muy agradecido, estoy feliz”, dijo Don Antonio.
“Un saludo enorme a Antonio Ruiz y parte importante de su trabajo que ha desarrollado como suplementero. Tengo un cariño enorme por los suplementeros, soy nieto de un suplementero y seguramente Don Antonio lo conoció y que hoy día tenga este reconocimiento por su labor social, por su entrega a la comunidad, con el sector oriente de Rancagua, de ayuda, de compromiso, así que le mandamos un afectuoso saludo a Don Antonio y lo esperamos el 20 de enero para que Rancagua lo reconozca”, expresó el Alcalde de Rancagua, Juan Ramón Godoy.
PARTE DE SU HISTORIA
Empezó a los 7 años y hoy, a los 76 y pese a estar enfermo de cáncer, sigue voceando el diario en la calle. Y es que Don Toño, como lo conoce todo el sector oriente de Rancagua, sigue convencido de que no existe un trabajo más bonito “Voy a morir gritando el diario en la calle”, asegura.
Antonio Ruiz Figueroa, nació el año 1946, en la sureña Cherquenco. Sus padres fueron Antonio y Margarita.
Muy pequeño llegó a Santiago. Venía de Cherquenco, una localidad rural de la Araucanía, a los pies del volcán Llaima. Estudió en el colegio Francisco Echeverría, donde cursó primero medio.
El ruido de la capital, los vehículos y las construcciones no llamaron tanto su atención como el kiosco ubicado en la Estación Central “A la señora le pedía diarios y me iba a la Estación Central. Me subía a los coches de los trenes a vender. Desde cabro chico me gustó. La gracia y lo bonito que yo encontraba era gritar el diario. Por eso, actualmente sigo haciéndolo. No sé si soy el único. Esa era y sigue siendo mi pasión, lo que a mí me gusta”, confiesa.
Lo mejor de su oficio –agrega- es que le permite recorrer las calles, encontrarse con mucha gente y sobre todo, gritar, sin que nadie lo haga callar. ¡El Diario-ó!, acentuando la segunda O, es su marca registrada, y por la que sus clientes lo identifican de lejos.
Aunque su historia habla de otras “pegas” que ha ejercido, entre ellas que trabajó en una industria de recauchado de neumáticos. Practicó boxeo, llegando a ser campeón de los barrios, categoría pluma. Fue sparring de Juvenal Órdenes. Pero también vendió leña, parafina e instaló un negocito de abarrotes, la venta de diarios sigue siendo lo fundamental de su existencia. Tanto así que ni el cáncer que le aqueja han logrado sacarlo de la calle, ni acallar su característico voceo.
Don Toño llegó a Rancagua, en la década del 70. Venía casado con Mirna García Reyes con quien tenía en ese entonces una hija.
En Rancagua formó su hogar y construyó su casa en el sitio que su hermana Graciela le cedió en la calle José Emilio Infante.
Acá empezó “sacando El Rancagüino, para venderlo en el negocio que armamos. Pero no aguanté y empecé a salir a la calle; porque sabía que a la gente le gustaba eso y todavía le sigue gustando”, confiesa, con una sonrisa de satisfacción y agradecimiento hacia sus fieles clientes.
Actualmente sigue vendiendo El Rancagüino comenta “Lo entrego, porque tengo clientes fieles por más de 50 años y que aún están vivos. He atendido hasta la quinta generación que me compra el diario. Me han dejado el diario los papás, las hijas, las nietas y bisnietas”.
Agrega “Yo vendía muchos diarios. Un día vendí 2.500 Rancagüinos en la plaza. Eso fue cuando murió Genaro, de los Transportes Genaro, una persona que tenía camiones y llegaba al Quijote.
¿Qué le dice su familia? “Ellos son felices. Mis hijos trabajaron conmigo, desde chiquititos, en los diarios. Mi hija, que hoy tiene 50 años, a los 7 me acompañaba en el triciclo, a las 3 y media o 4 de la mañana, a buscar los diarios. Los 4 se formaron dentro de los diarios”.
Y es que con orgullo Don Toño admite ser querido por todas las personas “A mí me conocen los buenos y los malos. Los delincuentes, porque aquí ha habido cualquier bandido, me preguntan ¿por qué la gente lo respeta tanto? Yo les digo: Si yo te respeto a ti, tú tienes que respetarme a mí. Nada más. Lo mío es clarito”, asevera, aclarando que en el pasado el vendedor de diarios estaba en la calle a las 3 y media ó 4 de la madrugada retirando los ejemplares. Tiene la satisfacción de no haber sido nunca “cogoteado; por eso yo resalto que soy y he sido feliz, porque la gente me quiere mucho en la calle”.
Ha sido fundador y dirigente del Club Deportivo Manuel Rodríguez y, dirigente de la junta de vecinos del sector.
Por su dilatada trayectoria, pero esencialmente por ser “diarero”, distintas organizaciones, redes sociales y vecinos han promoviendo el reconocimiento público de Don Toño, llamado que escuchó el municipio rancagüino y que este viernes 20 de enero Rancagua reconoce a este querido personaje típico.
Cabe destacar que en esta ocasión se presentará el Grupo Telar, el pianista José Rivera, Poyen Mahatu y la agrupación cuequera Los Bohemios de Rancagua. Requisitos de ingreso con invitaciones que se pueden retirar en boletería o inscripción online.