A la fecha, la Dirección Meteorológica ya ha emitido varias alertas de olas de calor, registrando incluso récord de temperaturas en la zona central con 41°, las que llegaron a contar de este miércoles 1, y es que febrero comenzó con temperaturas extremas, estadísticas que podrían acercarlo a los febreros más calurosos de la historia.
Si bien el fenómeno se extiende en prácticamente todo el país, la zona central está siendo la más afectada, principalmente la Región Metropolitana. Esto también ha sido motivo para un incremento en la cantidad de incendios, con una superficie quemada 40% mayor que en la temporada anterior.
Según la estadística de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) y diferentes portales climatológicos internacionales, durante los próximos diez días, la temperatura máxima no descenderá de 30°C. El peak llegará este jueves 2 de febrero, cuando posiblemente los termómetros alcancen 35°C en Rancagua, Rengo, San Fernando y Santa Cruz, lo que incluso podría ser el comienzo de una gran ola de calor de siete días, la que se extendería hasta el próximo miércoles (8 de febrero).
De Rancagua al sur superarán los 31°C, fenómeno que se repite en Talca y Chillán. Además, del total de 28 días que tiene el segundo mes del año, es posible que 26 de estos días no desciendan de 30°C en cuanto a temperatura máxima. http://www.meteochile.cl/PortalDMC-web/index.xhtml
De ahí la importancia de advertir que una prolongada exposición al sol y falta de hidratación constante puede traducirse en una insolación, con graves consecuencias para su salud.
En este sentido, el dermatólogo de Clínica Las Condes, Dr. Roberto Bustos, explica que “la insolación o golpe de calor es muy frecuente en este periodo estival, pero es importante advertir que, si este cuadro clínico no recibe tratamiento, puede generar daño en las células de ciertos órganos como el cerebro, el corazón o los músculos, y derivar en complicaciones graves o incluso la muerte”.
Generalmente las quemaduras solares se manifiestan como lesiones rojas -o eritematosas- limitadas a áreas de piel expuesta al sol, entre las 3 y las 6 horas posteriores y que ceden gradualmente entre 3 a 7 días. Se asocia a dolor intenso y edema local, e incluso vesículas o ampollas en casos más severos.
Pero si el compromiso es extenso, pueden llegar a asociarse a otros síntomas de insolación como: cefalea, malestar general (decaimiento o fatiga), fiebre, náuseas o vómitos, calambres, deshidratación, escalofríos, delirios o cambios de conducta, o convulsiones.
Si bien cualquier persona puede presentar una insolación, existen algunos grupos de riesgo o situaciones específicas que podrían desencadenar una insolación. “Debemos extremar las medidas preventivas y de autocuidado en niños y adultos mayores, aquellas pacientes con enfermedades crónicas (cardíacos, pulmonares, etc.), y cuando hay uso de medicamentos como antihipertensivos, diuréticos o estimulantes. Además, cuando se realiza actividad física en climas calurosos o hay exposición brusca a temperaturas altas”, aclara el especialista CLC.
¿QUÉ HACER FRENTE A UNA INSOLACIÓN?
La gran mayoría de las quemaduras solares y la insolación presentan una resolución espontánea. Lamentablemente, no existen terapias específicas para revertir el daño generado ni acelerar el tiempo de curación. Si el cuadro es muy grave, lo conveniente es acudir a un servicio de urgencia para una evaluación clínica.
Si no fuese posible o mientras se espera dicha atención, se recomienda realizar las siguientes medidas: llevar a la persona afectada a un lugar fresco y con sombra; mantener reposo semisentado y soltar la ropa para favorecer la respiración, quitar exceso de ropa y dar aire (abanico o ventilador), aplicar compresas de agua fría en la frente, nuca, cuello, axilas, o introducir al paciente en una tina con agua fría, o si la persona está consciente, beber agua fresca mediante sorbos (no de golpe).
La prevención es la principal recomendación para evitar insolaciones y daños a nuestro organismo. En esta línea, el dermatólogo CLC, Dr. Roberto Bustos sugiere “siempre preferir estar bajo la sombra, usar factor solar mayor o igual a 30 SPF y repetir cada 2 o 3 horas, cubrir la piel con ropa protectora, de preferencia manga larga, y usar sobreros de ala ancha y lentes de sol mientras se esté al aire libre. Además de mantener una buena hidratación”.
También es importante evitar el horario de mayor calor (11:00 – 16:00 hrs.), ya que existe una mayor concentración de radiación UVB y evitar que los niños menores a 6 meses reciban exposición solar directa. Si sique estas recomendaciones, evitará transformar el bronceado de verano en un mal recuerdo de sus vacaciones.