Algunos se muestran reticentes y otros tan sólo disfrutan de poder disponer de una economía familiar más holgada. El caso es que hay ocasiones- cada vez más- en las que las féminas ganan más que sus parejas, ¿despertará este hecho muchas envidias?.
Los matrimonios han evolucionado. Ahora hay muchas uniones que tienen cuentas bancarias separadas, ya que los dos trabajan y tienen su independencia económica a pesar de que compartan gastos. La mujer paga la compra tres veces al mes y el hombres sólo una…un ejemplo de pareja moderna.
Ahora es ella la que regala las flores por San Valentín, la que lleva las cuentas de las facturas ¡e incluso la que ha comprado los anillos de compromiso!.
Quizá aún queden amigos del hombre que se rían diciéndole que es un mantenido, pero cada vez se encuentran menos casos de este tipo.
No debería de ser extraño que una mujer ganara más, pero la tradición machista hace que la posibilidad se plantee como nueva o, al menos, como algo “exótico”.
Cuando la mujer gana más no suelen cambiar mucho las cosas en la casa. Su situación económica no suele transferirse a la personal y todavía la tradición está demasiado arraigada y sigue siendo ella la que aporta más en las tareas domésticas.
AHORA ELLA TIENE EL COCHE DE MARCA.
¿Quieres que te lleve a casa en mi todo terreno? Si la mujer tenía fama de conducir mal es porque no había tanta tradición. Ella gana más que él y dispone del mejor coche. Pero una mejora económica no significa tampoco un cambio a gran escala.
Que ella gane más no tiene que significar que forzosamente el rol de la pareja sea distinto que en el que los hombres tienen más poder adquisitivo.
A ella le ascienden y hay que mudarse a otra ciudad. Aunque sea un fastidio, en esta nueva relación el hombre tendrá que aceptarlo porque el trabajo de la mujer es más rentable para la economía familiar, ella es la que determina el futuro de la familia en este sentido.
Una cena romántica con velas en un buen restaurante, un postre a base de tarta de chocolate y cerezas, pero llega la hora de la cuenta…¡el camarero se la da directamente a él! Aun así es ella la que paga, pero a algunos les cuesta asumir esta situación.
Aunque el tener más capital no signifique que la mujer tenga una posición privilegiada respecto a él, esto simboliza que cambian los papeles, y por lo tanto ayuda a que se convierta muchas veces en “cabeza de familia”. El dinero no da la felicidad, pero en este caso ayuda a que los patrones establecidos se desmoronen.