Y se jugó el partido, con aforo completo además. O’Higgins demostró que solo con fanáticos locales puede ocupar en su totalidad las gradas del estadio El Teniente de Rancagua.
Durante días, se habló una y otra cosa respecto a la no presencia de forofos visitantes en el reducto de calle Almarza. Si hasta “discriminación” acusaron algunos fanáticos en Santiago, inclusive otros llegaron a hablar de desprolijidad de la autoridad.
Si bien es cierto, se han desarrollado lances con presencia de camisetas rivales en las butacas del estadio -como pasó con Colo-Colo algunas semanas atrás- esta vez la razón de la negativa está más que justificada. No es porque los azules sean problemáticos, hecho que queda de manifiesto en cada salida que tienen desde la capital regiones, sino que la razón fue clara: falta de contingente policial.
El verano, está en sus últimas jornadas y el personal policial, como ha sido costumbre en nuestra región, se concentra en la zona costera, resguardando la seguridad de comunidades como Pichilemu, Bucalemu o Navidad. Allá ocurre la mayor cantidad de delitos en estas fechas, coincidentemente con la masiva presencia de turistas que viajan para esos sectores. Así que, acusar que ciertos hinchas son discriminados, solo queda en el diálogo de redes sociales.
Además, como se señaló en varias oportunidades, cuando viene a jugar a la ciudad un equipo de los denominados grandes, muchos habitantes prefieren no ir al Mundialista para evitarse malos ratos. Claro, el reglamento del Torneo Nacional indica que hay que dar aforo a los forasteros, pero si en esta ocasión el cuadro local llenó con sus hinchas y sin ningún problema mayor, queda el ejemplo para el resto de los equipos. Mejor jugar con gente de casa y así nos ahorramos un dolor de cabeza mayor.