En un día como hoy, pero en el año 1905, hace 118 años atrás, nace lo que hoy conocemos como ROTARY. Esta historia comienza cuando cuatro amigos llamados Paul Harris, Silvester Schiele, Hiram Shorey y Gustavus Loehr, decidieron juntarse periódicamente para no sentirse perdidos en lo que era Chicago en ese entonces: una ciudad bulliciosa, con mucha violencia, un crecimiento demasiado rápido y con mucho materialismo por parte de la mayoría de habitantes.
Decidieron juntarse cada semana, una vez en cada una de sus respectivas oficinas. De allí nació el nombre de Rotary, al rotarse sus juntas en las diferentes oficinas. Cuando fue un aumentando en número de los socios, se reunieron en un restaurante en el edificio Sherman House y cada almuerzo costaba en aquel entonces sesenta centavos de dólar.
Paul Harris pensó en la idea de hacer de esa junta amistosa de cuatro amigos solitarios, un club formal, aunque el motivo principal inicial de esto seguía siendo la amistad y la sociabilidad, se empezó poco a poco a hacer obras de servicio a la comunidad. Lo curioso de las primeras obras fue instalar un servicio público en una de las calles principales del centro de Chicago. Otra obra muy simpática y humanitaria fue proveer a un médico amigo de ellos, que, hacía sus visitas a domicilio, en su carretela tirada por un viejo caballo, de uno más joven cuando el viejo caballo de uno más joven cuando el viejo caballo del doctor murió y este no tenía los medios para reponerlo.
La estructuración de Rotary no se creó desde un principio, naturalmente. Fue hasta que Chesley Perry, cariñosamente conocido como “Chess” el que inicio la estructuración que con los años se ha convertido en toda una ciencia. Hicieron el primer reglamento y en 1906, Donald M. Carter, otro de los nuevos socios, insistió que se agregara a ellos el hecho de que el club debía hacer algún tipo de “servicio cívico”, porque otra manera, el club no sobreviviría. Se crea el objetivo de Rotary, las cuatro avenidas de servicios.
La idea original de Paul Harris tuvo tanto éxito que pronto nacieron los clubes rotarios en otras ciudades de Estados Unidos. Tanto es así que el 12 de octubre de 1906 nace el segundo club den a ciudad de San Francisco, California, a solo dos años del terrible terremoto que azoló a esa ciudad. El tercero en Nueva York y así, cual hongos en una pradera en primavera, fueron naciendo los demás clubes rotarios en las diferentes ciudades de Estados Unidos. Se había creado la Junta Directiva Nacional que pronto tuvo que ser cambiada a Internacional por la rapidísima expansión del movimiento rotario, debido al aumento del número de clubes rotarios en Estados Unidos y Canadá. Pronto se fundaron clubes en México y el resto de América Latina.
Se celebró la primera “Convención” a nivel nacional en Chicago en 1910, la primera Convención Internacional se celebró en Duluth, Minnesota en el año 1912.
Cuando la Junta Directiva, que ya se llamaba de Rotary International, decidió que debían probar suerte en Inglaterra, se llevaron la gran sorpresa al darse cuenta que ya existían varios clubes rotarios. Se enteraron que un rotario norteamericano había llegado hace unos cuantos años y les había hablado de Rotary con mucho entusiasmo.
La idea gustó tanto en Inglaterra que pronto fueron naciendo clubes en varias ciudades británicas que funcionaban cada uno más o menos a su antojo. Tan es así que cuanto Rotary International, quiso que los clubes británicos aceptaran ser miembros de Rotary Internacional, tuvieron que hacerles algunas concesiones, ¡pues para ese entonces ya existía una Asociación de Clubes Rotarios Británicos!
Así fue como Rotary paso a Europa Central y al resto del mundo. Mucha gente, al ver la “Explosión de Clubes Rotarios” en el mundo entero preguntaba a Paul Harris si esto era una religión. Paul Harris con su notable modestia, contestaba que no, pero que era una nueva manera de cumplir con cualquier religión.
Los inicios de Rotary en Sudamérica
Rotary amplió su alcance hasta América del Sur cuando el Club Rotario de Montevideo (Uruguay) recibió su carta constitutiva el 1 de febrero de 1919.
Los rotarios habían mostrado interés en expandirse hacia América del Sur desde 1916, y se habían enfocado en Argentina, Brasil y Chile; sin embargo, el primer club en recibir la carta constitutiva, gracias a los esfuerzos de Herbert P. Coates, fue un club uruguayo.
Coates, originario de Inglaterra, había vivido en América del Sur por muchos años.
Él se familiarizó con Rotary durante un viaje de negocios a Cincinnati, Ohio (EE.UU.), en 1916. Durante ese viaje, Coates se dio cuenta que muchos empresarios estaban ocupados con la Convención de Rotary en esa ciudad.
Intrigado, concertó una visita a la sede de Rotary para averiguar cómo podía crear un club en Uruguay. Coates regresó a Montevideo con la aprobación para iniciar un club y su labor dio frutos con una reunión de organización en julio de 1918. Luego, en diciembre de ese año, él y otros 21 socios fundadores presentaron la solicitud formal de ingreso a Rotary International.
Coates ayudó luego a fundar un club en Buenos Aires (Argentina), el 01 de abril de 1920 y fungió como comisionado especial para expandir Rotary en América del Sur.
En Chile se fundó en Valparaíso un 15 de Mayo de 1923 el primer club rotario de nuestro país.
Paul Harris, fundador de Rotary, describió a Coates como alguien fundamental para la expansión de Rotary en todo el continente. Los rotarios sudamericanos coincidían con Paul Harris y se referían a Coates, a quien llamaban Don Heriberto, como el “Padre de Rotary en América del Sur”.
Rotary en Chile aproximándose ya al centenario de su fundación, con fecha 26 de diciembre de 2020 se instauró en nuestro país, el “Día Nacional del Rotario”, a celebrarse los días 23 de febrero de cada año, fecha que coincide con la fundación de Rotary en el año 1905 en Chicago. Así a través del tiempo se llega a contar al día de hoy con 215 Clubes Rotarios con más de 4.000 socios a través de todo el territorio nacional, en donde Rotary es una organización mundial sin fines de lucro que agrupa a 1.250.000 rotarios distribuidos en más 200 países, donde hombres y mujeres con el propósito de estimular la aplicación práctica del “Ideal de Servicio”, tanto individual como colectivamente, se reúnen semanalmente en sus Clubes para la planificación e implementación de obras y acciones en favor de sus comunidades más carenciadas.
La instauración del “Día Nacional del Rotario” a través de la promulgación de la Ley 21.291, según señalan los líderes de Rotary en Chile, es motivo de satisfacción y orgullo para la Organización; a la vez de un reconocimiento a la dilatada labor desarrollada por ya un siglo en favor de los más desposeídos y con necesidades urgentes. Es así, que aparecen obras emblemáticas emprendidas por el rotarismo en Chile. También destacan señeros personajes en Rotary en Chile, quienes con su valioso aporte contribuyeron a que dichas obras perduren en el tiempo y sean el reflejo de su accionar rotario.
A Paul Harris le pasó lo que le pasó a Cristóbal Colón: no sabían lo que habían descubierto. Colón murió sin descubrirlo, pero Paul Harris si lo hizo a los pocos años:
Y estaba maravillado de lo que sería Rotary en el futuro.
Y lo describió así:
“La gloria de Rotary pertenece al futuro, y mis pensamientos se elevan hacia esa gloria, como mis ojos hacia el sol que nace”.
Rotary Club Rancagua.