En un mundo cada vez más impulsado por los datos, es evidente que el acceso a Internet se ha convertido en un elemento clave para la participación ciudadana, el desarrollo económico y la innovación tecnológica. En la actualidad, más de 5.2 mil millones de personas tienen acceso a Internet en todo el mundo, lo que ha llevado a una explosión en la generación y el intercambio de datos en línea.
En este contexto, la pandemia de COVID-19 ha hecho que la dependencia de Internet sea aún mayor, ya que millones de personas han tenido que trabajar, estudiar y acceder a servicios de salud desde sus hogares. Sin embargo, a pesar de su importancia, todavía hay millones de personas en todo el mundo que carecen de acceso a Internet, lo que ha creado una brecha digital cada vez más evidente entre países y dentro de los mismos.
Es por eso que la Organización de las Naciones Unidas ha declarado que el acceso a Internet es un derecho humano fundamental, especialmente en términos de libertad de expresión y acceso a recursos fundamentales como la educación, el trabajo y la salud. Es importante destacar que el acceso a Internet no solo es importante para la conectividad, sino también para la protección de la privacidad y la seguridad de los datos personales.
Así las cosas a través del Big Data es posible predecir comportamientos, generando oportunidades de negocios lícitos y a veces no tantos, sin embargo la sociedad basada en los datos plantea nuevos retos que deben ser abordados desde diferentes perspectivas. En definitiva, se debe encontrar un equilibrio sostenible en el que se garanticen los derechos y se promocione la innovación tecnológica en un marco de convivencia social que inspire un desarrollo comprometido con el ser humano y que nos permita tomar mejores decisiones, pero que sean nuestras y no las que otros toman o manipulan en nosotros a través de estos metadatos.
Es que no sabemos lo suficiente sobre nuestros propios datos y el valor que tienen, sin embargo las grandes corporaciones entienden el valor de la información personal y colectiva, pero también hay potencial para que los individuos aprendan cómo acceder y utilizar sus datos para crear informaciones significativas. Al crear una plataforma que permita el manejo seguro de información, oportunidades de negocios aún no imaginadas pueden beneficiar tanto a individuos como a las empresas.
Si bien hoy no controlamos la mayoría de nuestras informaciones personales cada vez queremos tener más control y transparencia sobre los mismos. La creación de sistemas tecnológicos en los cuales las personas puedan confiar es imprescindible para el surgimiento de la voluntad de utilizarlos. La industria y la sociedad están apenas empezando a descubrir estas nuevas exigencias.
En este sentido, es esencial encontrar un equilibrio sostenible que garantice el acceso a Internet como un derecho humano fundamental, mientras se promueve la innovación tecnológica y se protegen los derechos y las libertades individuales. Además, es necesario fomentar la educación y la conciencia sobre el valor de los datos personales y colectivos, así como desarrollar sistemas tecnológicos en los que las personas puedan confiar para tener más control y transparencia sobre sus datos. Solo entonces podremos aprovechar plenamente los beneficios de la sociedad basada en los datos y construir un futuro más justo y equitativo para todos.
Luis Fernando González
Sub Director.