Luis Fernando González
Sub Director
No está en los planes de gobierno, ni es parte de las bases para la nueva constitución, ni era parte de la rechazada en la cámara de diputados reforma tributaria. Sin embargo, nadie discute la importancia de la lectura en la educación, dada su relevancia en cuestiones como el simple acto de entender instrucciones escritas, hasta la formación de personas críticas que sean capaces de cuestionar la sociedad y trabajar por mejorarla. Más allá del copago, de la gratuidad o del lucro, el objetivo compartido por todos –creemos- es conseguir una educación de calidad.
Los chilenos tenemos uno de los IVA al libro más altos del mundo. Mientras que los países europeos tienen uno diferenciado o cero y la mayoría de nuestros vecinos latinoamericanos no grava los libros con impuestos, en Chile este cobro significa que casi un quinto del valor de un texto corresponde a impuestos. En consecuencia, detrás de las desigualdades en los ingresos se esconde la desigualdad en el acceso a los bienes culturales, donde el libro y la lectura son la base de cualquier formación cultural.
Es por eso que eliminar el IVA a los libros sería una inversión en las personas. Aunque sabemos que no porque los libros sean más baratos, o incluso gratis, quien no tenga el gusto por la lectura necesariamente lea más, una disminución en el precio de los libros tendrá efectos virtuosos a mediano plazo. Por ejemplo, los presupuestos de bibliotecas van a aumentar, fortaleciendo la red de bibliotecas públicas, y nuestra industria editorial tendrá un incentivo para crecer y ser más competitiva internacionalmente. De esta manera, la eliminación del IVA a los libros no solo fomentaría la lectura entre los chilenos, sino que también ayudaría a fortalecer la cultura y la industria editorial en el país.
En medio de toda la vorágine política que se toma la agenda, creemos que no está de más también recordar y alguna vez abordar este y otros temas importantes que están lejos de las urgencias del momento. La eliminación del IVA a los libros es una de esas medidas que, aunque no parezca ser una prioridad para algunos, tiene un gran potencial para impactar positivamente en la educación, la cultura y el desarrollo del país. Sería una muestra de que el gobierno está comprometido con el fomento de la educación y la cultura, no solo con palabras, sino también con acciones concretas.