Si bien la reforma tributaria del gobierno fue rechazada en la Cámara de Diputados, el debate sigue abierto. Más allá de los avatares políticos, la pregunta es cómo recaudar más para que el Estado tenga los recursos necesarios para enfrentar crecientes demandas sociales, esto en un escenario económico adverso y donde además la pandemia del COVID-19 ha tenido un impacto significativo, ya que el Estado se vio en la necesidad de entregar grandes recursos, gastando los ahorros que tenía el país.
En este contexto, hay quienes argumentan que subir los impuestos es una medida necesaria para financiar programas sociales importantes y para garantizar que el Estado tenga los recursos suficientes para hacer frente a las necesidades de la población, especialmente gravando a los más ricos.
Pero por otra parte, se argumenta que aumentar los impuestos puede afectar negativamente a la economía, desincentivando la inversión y la creación de empleos. Además, argumentan que esto podría tener un efecto negativo en la competitividad de un país en el mercado global.
Es importante tener en cuenta que la subida de impuestos puede tener diferentes efectos dependiendo de cómo se implemente. Por ejemplo, aumentar los impuestos para las grandes empresas y las personas con mayores ingresos puede tener un impacto menor en la economía en general, mientras que proporciona una mayor recaudación de fondos para programas sociales.
No obstante, la mejor receta para recaudar impuestos es el crecimiento económico. Esto se logra a través de políticas que fomenten la inversión y la creación de empleos, lo que a su vez aumenta la recaudación de impuestos y reduce la necesidad de fondos para programas sociales. La reducción de los impuestos a las empresas y la eliminación de barreras burocráticas que impiden el desarrollo de nuevas empresas y la expansión de las existentes pueden generar un aumento en la inversión y la creación de empleos.
Otra opción sería la inversión en infraestructura. Los proyectos de infraestructura pueden generar empleos y estimular la economía a corto plazo, mientras que a largo plazo pueden mejorar la competitividad del país y su capacidad para atraer inversión extranjera. Además, la construcción de infraestructura puede aumentar el valor de las propiedades, lo que a su vez puede generar mayores ingresos fiscales.
Por supuesto, estas políticas deben ir de la mano con medidas para garantizar que la recaudación de impuestos sea efectiva y justa. Esto puede incluir la eliminación de lagunas fiscales, el fortalecimiento de la administración tributaria y la implementación de medidas para combatir la evasión fiscal.
En última instancia, es necesario encontrar un equilibrio entre la necesidad de recaudar fondos para programas sociales y la necesidad de estimular el crecimiento económico. El aumento de los impuestos puede ser una herramienta útil, pero también es importante tener en cuenta otras medidas, como las políticas de estímulo económico, la inversión en infraestructura y la lucha contra la evasión fiscal. Lo importante es encontrar un equilibrio que permita financiar programas sociales importantes sin poner en peligro el crecimiento económico a largo plazo. La mejor receta para recaudar impuestos es el crecimiento, ya que para repartir es necesario que exista la riqueza a repartir. Por lo tanto, es importante fomentar un clima de negocios saludable y atractivo para la inversión, que a su vez puede generar empleo y aumentar la recaudación de impuestos. En resumen, el debate sobre cómo recaudar más para financiar programas sociales es complejo y debe ser abordado de manera integral y cuidadosa, considerando todas las opciones disponibles y trabajando para lograr un equilibrio que permita tanto la recaudación de fondos como el crecimiento económico sostenible.