Luzvenia y Viviana tienen más de algo en común. Desde hace un par de meses se están preparando para ser conductoras de camiones en la zona norte de nuestro país, entre la región de Tarapacá y Antofagasta. El desafío no solo ha sido solo tener que aprender a manejar un medio de transporte tan grande como los de este estilo, sino que, además tuvieron que dejar a sus familias durante 15 días para tener que cumplir turnos y poder realizar sus sueños.
Luzvenia Cerda vivía en Machalí con sus cuatro hijas y su marido. Había emprendido en 2019 con un centro de masajes reductivos, pero su proyecto terminó debido a la emergencia sanitaria de la pandemia. Entonces, agobiada, con la presión de aportar a su hogar, decidió dar un vuelco y adquirir la licencia A5, A3 y D, que son-entre otras- para poder manejar maquinaria pesada. Mientras terminaba su curso, una compañera le comentó que Transportes Nazar junto a SQM estaban buscando mujeres para un proyecto minero pionero. Por su parte, Viviana Toledo (43) trabajaba de ejecutiva de ventas de telefonía, pero su sueño siempre había sido manejar un camión, pero siempre lo vio muy lejano, pues debía trabajar para mantener a sus cinco hijos. Fue cuando quedó sin trabajo que decidió luchar por ese anhelo. Amabas ilusionadas, postularon y quedaron. Tomaron sus maletas y empezaron a cumplir turnos de 15 por 15 en María Elena en la Región de Antofagasta.
MUJERES EMPODERADAS
“La idea es integrar a la mujer a la minería. Nos dimos cuenta que había un sesgo de género y vimos una oportunidad. Hay que darles las facilidades para que se puedan desarrollar y por ello queremos ser partícipes de la integración. Ellas trabajan con un monitor con que las va capacitando en todos los aspectos que requiere la conducción segura y eficiente de nuestros equipos en la zona”, comenta Felipe Tapia, Gerente de Operaciones Zona Norte de Transportes Nazar.
“Estoy fascinada con los camiones, me gusta el poder que se siente al estar arriba de uno. Me enamoré de ellos, hasta extraño el ruido de sus motores cuando estoy en mi casa. Aquí hay un estigma que es un trabajo de hombre, a nosotros nos ven medias frágiles. Hay que creerse el cuento, somos mujeres empoderadas”, comenta la ex masajista. Mientras que Viviana, dijo que cuando tenía la licencia, “mucho tiempo busqué trabajo, pero nadie me daba la oportunidad porque no tenía experiencia. Yo creo que también era porque era mujer y nos ven incapaces, pero hemos demostrado que podemos hacerlo y bien”.
“Es gratificante verlas, por ejemplo, cuando están sacando el camión, cuando realizan la maniobra de estacionamiento. Se ve una sonrisa al volante, el ambiente en las faenas ya es muy diferente, hay cordialidades distintas que realmente gustan”, agrega Tapia, Gerente de Operaciones de Transportes Nazar.
Es una nueva etapa para estas mujeres, quienes son pioneras en la maquinaria pesada de una empresa minera. “Al comienzo no entendía, pensaba que era chino, pero en la práctica todo se aclaró. La idea es que lleguen muchas mujeres más, nosotros somos solo el comienzo”, sentencia Luzvenia.