Por: Camila Pérez, Miguel Ramos, Carmelo Galioto, David Martínez, Manuela Mendoza y José Mela
Académicas y académicos de Arte y Humanidades de la Universidad de O’Higgins
Según datos de la CORMUN Rancagua, en el verano de 2022 audicionaron 289 niñas y niños de entre 6 y 12 años de edad, para lograr un cupo gratuito en los talleres anuales de piano, ballet, dibujo y pintura ofrecidos por la Municipalidad. En su versión 2023, se pudo observar a madres y padres acompañar a niñas y niños al lugar de realización de los talleres, esperando obtener un cupo. Al respecto, una de las mamás beneficiarias de la iniciativa comentó que antes debía viajar a Santiago para que su hija de 7 años pudiera practicar ballet, ya que ninguna otra institución regional ofrecía esa opción. Asimismo, la Escuela de Cultura y Difusión Artística de Coltauco registró una asistencia de 220 estudiantes en su última versión de sus talleres de violín, pintura o danza; mientras en Pichilemu, en el Centro Cultural Agustín Ross, se organizaron talleres de folclore y teatro, sin costo.
¿Qué tienen en común estas iniciativas? El gran interés ciudadano por acceder a una formación artística en sus territorios, sin necesidad de desplazarse a Santiago o Talca. Pero, ¿qué ocurre si niñas, niños o adolescentes se interesan en seguir estudios superiores en música, artes visuales, literatura, lengua, filosofía, historia o alguna carrera de carácter humanista? Hasta ahora, no existe tal espacio de desarrollo en la Región. Las artes y las humanidades en la Región de O’Higgins son asequibles, en su mayoría, gracias a iniciativas locales financiadas por programas municipales o autogestionados. En este escenario, quienes firmamos esta columna, en nuestra calidad de académicas/os e investigadoras/es de la única universidad pública en la Región, nos hemos visto, con frecuencia, enfrentadas/os a dar explicaciones a la ciudadanía y a nuestra propia comunidad académica sobre la siguiente interrogante: ¿Por qué la Universidad de O’Higgins, primera institución de educación superior pública y regional, que en su rol público señala ser garante de la formación integral de las personas, no pone a disposición de la ciudadanía programas o carreras de pre o posgrado en estos ámbitos del conocimiento?
De acuerdo con la destacada filósofa Marta Nussbaum, en las últimas décadas los gobiernos han invertido fuertemente en el fortalecimiento de la técnica y tecnología; mientras el crecimiento material y económico se ha impuesto como la regla para medir el desarrollo social y humano. El problema, según la autora, es el abandono de las Artes y las Humanidades como herramientas para potenciar las ciencias, el pensamiento crítico, riguroso y creativo de la ciudadanía. Sin embargo, Nussbaum va más allá: abandonar las Artes y Humanidades, debido a que no generan ganancias monetarias, puede abrir la puerta al surgimiento de gobiernos autoritarios, poniendo en jaque la convivencia democrática. ¿Qué explica esta relación? Las artes y humanidades abren dimensiones reflexivas y críticas que permiten problematizar el desarrollo de la sociedad. Si todo se reduce al conocimiento científico y tecnológico, si el criterio fundamental es el crecimiento económico, deja de ser relevante la pregunta por las formas de convivencia justas, la pregunta por la democracia.
Desde esta perspectiva, no podemos dejar de mencionar que, de acuerdo con lo indicado por la OCDE (2022), Chile es uno de sus países integrantes con el porcentaje más bajo de personas con estudios terciarios en Artes, Humanidades y Ciencias Sociales, con el 4,1% de su población. La UNESCO, por otro lado, asevera que, luego de la pandemia de Covid-19, es imperante invertir en el progreso sostenible de los territorios al integrar la creatividad y la cultura como ejes del desarrollo social.
Por todo ello, ad-portas de iniciar un nuevo proceso eleccionario para rectoría en nuestra institución, esperamos con ansias que las Artes y Humanidades se incluyan en las propuestas de gobernanza y debate de las candidaturas. La Región necesita superar el histórico rezago en estas materias de la mano de su universidad pública, a través de la apertura de programas de formación de pre y/o posgrado en Artes y Humanidades, sustentados en una profunda interrelación con los saberes, necesidades y ricas tradiciones patrimoniales y locales presentes en sus territorios.