Cuando la pandemia de Covid-19 entra en su tercer año y nuevamente los casos van al alza, cabe preguntarse ¿Hemos aprendido sobre Covid -19 realmente? Si la respuesta fuese afirmativa, indica el Especialista Broncopulmonar de Clínica Isamédica, Dr. Fernando Soto “si realmente hubiésemos aprendido y se aplicara ese conocimiento en la práctica, desde salas cunas y jardines infantiles, pasando por liceos y colegios y llegando a los institutos de educación superior se habría dado inicio al año académico 2023 con purificadores de aire con filtros HEPA 13 o más en las salas de clases con monitores de CO2 incorporados, capacitación de docentes y personal auxiliar sobre los diversos gérmenes que se transmiten por vía aérea, incluidos los que lo hacen vía aerosoles y su prevención”.
El especialista agregó “Si la respuesta fuese afirmativa, tendríamos claro que los focos hoy se inician en buena proporción en el ámbito de la educación; y por tanto, prevenir que ocurran y afecten a nuestros niños y jóvenes permite controlar mejor la pandemia”.
En esta línea el ex director del Servicio de Salud O’Higgins, añadió “Si la respuesta fuese afirmativa, tendríamos claro que infectarse no genera inmunidad, que las vacunas no solo van quedando obsoletas a medida que el virus va mutando; sino que no previenen el contagio, que un porcentaje de hasta el 20% de los infectados tanto niños como adultos quedan con secuelas a mediano y largo plazo, especialmente relevantes aquellas que afectan nuestro sistema neurológico e inmune, afectando el desarrollo de nuestros niños y haciéndonos a todos más propensos a diversas infecciones bacterianas y virales post Covid”.
El broncopulmonar rancagüino sumó “Si la respuesta fuese afirmativa, todas las reuniones (incluso las de nuestras autoridades públicas, en especial en las que participa el Ministerio de Salud) se efectuarían en salas con equipos de purificador de aire con filtro HEPA, los sistemas de aire acondicionado habrían incorporado los filtros HEPA o habrían sido reemplazados por equipos adecuados, agregaríamos equipos recambiadores de aire, se invitaría permanentemente a los asistentes al uso de la mascarilla, entre otras medidas”.
En este tema, Soto Pinto añadió “Si la respuesta fuese afirmativa, nuestras autoridades dedicarían mucho menos tiempo cuando hablan de prevención del contagio por Covid a insistir en el lavado de manos y el uso de alcohol gel (en la práctica medidas inútiles para prevenir este contagio) y muchísimo más a incentivar el uso de mascarilla adecuada (no la quirúrgica), la incorporación de tecnología útil en prevención (purificadores de aire con filtros HEPA, monitores de CO2, etc.), la importancia de ventilar los ambientes y preferir los espacios abiertos a los cerrados para reunirnos; y claro, vacunarnos para disminuir la gravedad de las infecciones si ocurren y prevenir con ellas en parte el desarrollo de Covid prolongado”.
El médico ex director del Hospital Regional Rancagua añadió “Si la respuesta fuese afirmativa, probablemente no habríamos superado las 64.000 muertes, que seguirán aumentando, ya que hemos quedado un poco librados a nuestra suerte, al haber abandonado el Estado su rol de fomento y cuidado de la salud de las personas y limitado su función solo al fomento de la vacunación (que como medida aislada no tiene efecto en reducir contagio) y al autocuidado”.
El Dr. Fernando Soto finalizó diciendo “Al cumplir 3 años de una pandemia que no ha terminado, urge que nuestras autoridades tomen todo lo aprendido, todas las experiencias exitosas que ha aportado la investigación científica sobre el tema, y las traduzcan en políticas y directrices que efectivamente contribuyan a que esta tragedia pueda acercarse a ser controlada”, remarcó.