Estamos ad portas de sufrir un nuevo cambio de horario, ya que el sábado 1 de abril deberemos retrasar nuestros dispositivos y relojes cuando sean las 00:00 horas, a las 23:00 horas. Esta vez, tal modificación tiene un cariz distinto, siendo aún más negativo que épocas anteriores, pues se está haciendo caso omiso no solo a expertos, sino también a la ciudadanía, vendándose los ojos ante la realidad que nos aqueja como país.
La Red Nacional de Salud, a través de su presidente, Patricio Mardónez, señala que la modificación horaria constituye un cambio brusco de las horas de luz y sueño, teniendo efectos perniciosos en nuestra sociedad, tales como: (1) Somnolencia; (2) Fatiga; y (3) Cuadros de ansiedad. Sumado a eventuales crisis de pánico y desorientación en adultos mayores. Si a esto se le agregan los múltiples trastornos en la salud mental que actualmente aquejan a chilenos y chilenas, el cambio de horario resulta altamente perjudicial.
Alineado a lo anterior, existe una realidad nacional compleja, como lo es el sentirse viviendo una crisis de seguridad, pues la principal preocupación ciudadana es la delincuencia, cuyo asidero se encuentra relacionado a estadísticas obtenidas por la Subsecretaría de Prevención del Delito y dadas a conocer públicamente mediante el Centro de Estudios y Análisis del Delito (CEAD) en su último informe anual, mencionándose que los delitos con mayor incremento –en comparación al año anterior- son los correspondientes al robo con violencia o intimidación (63%), robo por sorpresa (61,2%) y robo en lugar no habitado (56.4%). Asimismo, los homicidios son otro factor de inquietud, al aumentar en un 33.4%. El crecimiento de los delitos en comento, trae aparejada una sensación de miedo e incertidumbre cada vez mayor, especialmente en horarios donde la luz natural es poca o nula.
En síntesis, el futuro cambio horario resultará altamente perjudicial en la población, tanto por los problemas de salud, como por el aumento de la sensación de miedo e incertidumbre ante el riesgo de ser presas de la delincuencia. Por tanto, modificar el horario vigente es sinónimo de: (I) Omitir a los expertos, quienes advierten sobre los efectos dañinos para la salud; y (II) Ignorar que el temor ciudadano a la delincuencia se incrementa cuando hay menos luz natural, como lo será a contar del 01 de abril.
Javier Osorio O.
Ex Vicepresidente Interno Federación de Estudiantes USS, sede Santiago
Estudiante de Derecho UAH