En su libro La Sociedad del Cansancio, Byung-Chul Han realiza un análisis crítico al mundo del trabajo actual y a la forma en que la estructura productiva ha ido generando sujetos profundamente cansados, no solo por la carga laboral que reciben, sino también por exceso de optimismo que tienen las personas en una sociedad que él llama del trabajo y la información. ¿Tiene la tesis de Chul Han relación con la idea de reducir la jornada laboral en nuestro país a 40 horas semanales? A nuestro parecer si, y bastante.
En la actualidad, cerca del 70% de los países adherentes a la OCDE tiene una jornada igual o menor a 40 horas, donde Chile se encuentra en los últimos lugares por sus horarios laborales rígidos. En el caso latinoamericano, la situación es muy distinta, ya que Colombia, Argentina, Perú y México, tienen jornadas de 48 horas semanales, Ecuador con 45 horas semanales y, por último, Brasil y Ecuador con 44. La misma OCDE nos posiciona dentro de los países menos eficientes en relación tiempo trabajados v/s producción.
Revisemos un poco nuestra historia reciente. Hace ya seis años que la entonces Diputada, Camila Vallejos, presentó el proyecto de ley de reducción a la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales. Tras varias idas y vueltas, el gobierno le puso suma urgencia en agosto del 2022, y recién la Sala del Senado aprobó por unanimidad el proyecto de 40 horas y ahora la iniciativa pasa a la Cámara de Diputados para su tercer trámite legislativo, ante lo cual el Gobierno espera que sea despachado durante abril.
Este modelo que se busca implementar en Chile es similar a lo que ya es efectivo en países como España, Alemania y Noruega, donde los resultados positivos de la flexibilización laboral se deben a su implementación gradual, y llegando a consensos cómo calcular la jornada en base a promedios, estableciendo que sólo se podrá trabajar hasta 9 por día, 25 horas extras por mes y 200 al año como máximo. Incluso en el proyecto existe una indicación que permitiría repartir estas 40 horas semanales en solo 4 días.
Es importante destacar que ya tenemos experiencias exitosas en nuestro país, así lo demuestran las 420 empresas que han recibido el sello de 40 horas del Gobierno, en su mayoría Pymes, y las 1.300 organizaciones más que han postulado para obtenerlo.
Uno de los principales beneficios argumentados en favor de reducir la jornada a 40 horas semanales serán una mejora en la calidad de vida de trabajadoras y trabajadores, quienes dispondrían de más tiempo para descanso, recreación, vida familiar y comunitaria, lo cual le permite bajar sus niveles de stress y concentrarse más en su lugar de trabajo haciendo que las horas trabajadas sean efectivas.
¿Y que tenía que ver Chul Han en todo esto?
El punto es que también es un desafío para las personas lograr hacer consciencia de este tiempo extra y efectivamente dedicarlo a estar con la familia, tener un tiempo de ocio (idealmente no pegado a la pantalla del celular) o para hacer vida en comunidad. De lo contrario estaremos generando nuevas condiciones, desde el optimismo, para mantenernos en esta sociedad del cansancio.
Marco Antonio Abarca
Director en Human Hub