Fue una de las grandes tragedias sísmicas ocurridas en Chile, olvidada poco a poco por otras peores. El 28 de marzo de 1965, quedó grabado en la historia y en el recuerdo de muchos descendientes de las víctimas del sismo.
Era el mediodía de domingo, a las 12.33 hs. Mucha gente estaba en misa y otras se aprestaban para pasar al almuerzo. En ese momento la tierra comenzó a temblar con especial violencia en La Ligua y Cabildo. El terremoto abarcaba, una mayor extensión, causando derrumbes de algunas casas, murallas, postes y daños, en Llay Llay, San Felipe, Los Andes, Rinconada, Nogales y otros pueblos y caseríos. En Valparaíso y Santiago fue fuerte pero sin daños grandes. En Rancagua y la Región causó alarma.
En un comienzo se pensó que no había víctimas fatales. Pero, de pronto se extendió por el país la terrible noticia. El tranque de relaves de la mina “El Cobre”, de la Empresa La Disputada de Las Condes, se derrumbó estruendosamente y el agua, con una ola de más de 20 metros de altura, cayó sobre el poblado, destruyendo todo lo que encontró a su paso.
Nunca se supo exactamente cuántas personas quedaron sepultadas para siempre bajo una capa de lodo y relave de alrededor de 10 metros, que comenzó a endurecerse hasta hacer imposible el rescate de cuerpos deshechos, por lo que fue preferible dejar el lugar como un especial cementerio, sobre el cual existen recordatorios de las víctimas.
Diversos cálculos y estimaciones indicaron que los muertos fueron entre 400 a 500 personas. Luego de una solemne ceremonia de póstumo homenaje, con asistencia del Presidente de la República Eduardo Frei Montalva, autoridades, familias y vecinos, llegó el momento de intensificar el socorro de las familias que quedaron sin sus seres queridos o con sus casas destruidas. De todo el país y del extranjero llegaron ayudas para los damnificados.
Algo parecido, ocurrió con el terremoto del 1 de diciembre de 1928, que destruyó a Talca. Rancagua sufrió algunos daños, pero lo peor fue el derrumbe del tranque de relaves de Barahona, en el Mineral El Teniente de la Braden Copper Co. Las aguas arrasaron con el pueblo minero y se vaciaron en el río Cachapoal que, a su vez, se desbordó, destruyendo el puente de madera frente a Rancagua. El número de víctimas fatales se estimó en más de cien.
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