Por: Paula Arce, jefe de Prevención de Riesgos y Medio Ambiente de Adexus.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) junto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) conmemoran cada 28 de abril el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo y el de los Trabajadores Fallecidos y Lesionados. Esto con el objetivo de promover la prevención de los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales en todo el mundo.
Que las organizaciones cuenten con políticas y planes internos para poder anticipar situaciones que pongan en riesgo a sus trabajadores es un tema sumamente relevante. De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la OIT, anualmente son alrededor de 745.000 los fallecidos por accidentes cerebrovasculares generados a consecuencia de ser sometidos a jornadas laborales de 55 o más horas laborales.
Si bien actualmente, se están realizando esfuerzos por parte del mundo público y privado por mejorar estas situaciones, tales como el proyecto de ley que busca reducir el tope máximo de la jornada laboral de 45 a 40 horas se debe considerar que existen rubros, tales como la minería, que dada su naturaleza y características propias exigen otros tratamientos de acción, enfocados a sus particularidades.
Del mismo modo, es extremadamente relevante incluir y considerar a las enfermedades profesionales dentro de los programas de salud y seguridad en el trabajo, donde colaboradores y altas direcciones sean capaces de evaluar, junto a personal capacitado, situaciones que pongan en riesgo su salud y la de quienes los rodean, siendo al mismo tiempo amigables con el medio ambiente y poder así alcanzar respuestas adecuadas, eficaces y que puedan sostenerse en el tiempo.
En los últimos años el avance de nuevas tecnologías y el acceso a mejores procesos de producción nos han facilitado y dado nuevas formas y métodos para desarrollar los trabajos, tales como el uso de Big Data, que con herramientas predictivas permite anticipar riesgos potenciales y disminuir así los accidentes, la implementación de tecnologías ergonómicas para los trabajadores, o dispositivos móviles que alertan en tiempo real de situaciones que puedan llegar a ser peligrosas.
Todo lo anterior conlleva a múltiples desafíos para las áreas de la prevención de riesgos y medio ambiente, por lo que se debe estar constantemente actualizados en estas materias e invertir en ellas para así, disminuir lo máximo posible aquellas contingencias que afecten a cada una de las partes y áreas que conforman a las organizaciones y su entorno.