La Familia Orionista de Chile, representada por fieles provenientes de todas las obras y comunidades del país, se dieron cita el pasado 13 de mayo, para celebrar y conmemorar un nuevo aniversario de la canonización de su padre fundador y como es tradición, esta fiesta orionista se vivió realizando una peregrinación hacia el santuario de la Purísima de Puquillay de Nancagua, dedicado a la Virgen María.
Una actividad que acogió a más de 400 peregrinos provenientes de las ciudades de Quintero, Cerrillos, Rancagua, Buin y Los Ángeles, quienes se desplazaron desde sus hogares muy temprano, para iniciar la peregrinación de un poco más de 5km.
La peregrinación fue animada por agentes pastorales de la Parroquia San José Benito Cottolengo, quienes con cantos y oraciones dieron la alegría y solemnidad propia de este tipo de experiencias pastorales.
Ya en las faldas del cerro, antes de realizar el ascenso al Santuario, religiosas, laicas y estudiantes de distintas comunidades y obras educativas de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad recibieron a los peregrinos con cantos y oraciones para preparar las energías para la última parte del recorrido.
Fue así como los fieles, se dispusieron a realizar un ascenso a pie de alrededor de 500 mts en empinada pendiente, para llegar al Santuario, donde se realizó la Eucaristía.
En el lugar, un grupo de profesores, colaboradores y estudiantes del colegio Don Orione de Quintero recibieron a los peregrinos con cantos y dinámicas, al mismo tiempo que voluntarios de la Escuela de Carabineros de Chile, que acompañó y resguardó la peregrinación por toda la ruta, les distribuía refrigerios y los recibían en el santuario.
En la Eucaristía, presidida por el p. Teófilo Calvo y animada por un coro conformado por colaboradores y estudiantes del Colegio Don Orione de Cerrillos, toda la familia Orionista de Chile presente en la actividad compartió el pan y dio gracias por el don de la espiritualidad recibida de San Luis Orione.
Muchas personas colaboraron en el éxito de esta actividad, desde agentes pastorales que dispusieron de su tiempo para la organización de cada delegación, el equipo de salud del Pequeño Cottolengo de Rancagua que asistió a personas con dificultades físicas en el camino, las distintas obras educativas y de caridad que dispusieron de sus recursos técnicos y económicos para apoyar la actividad; y también los dueños de casa, el párroco del lugar, el p. Robinson Piña y el alcalde Mario Bustamante, quienes aportaron con todas las condiciones de seguridad necesarias y además utilizar el Santuario.
Agradecidos de poder celebrar juntos nuestra espiritualidad y conmemorar un nuevo aniversario del santo de la caridad, el padre fundador San Luis Orione.