Para entender las funciones, es decir “todo lo que hace” la barrera cutánea, necesitamos primero saber cómo está estructurada la piel según los especialistas.
El tejido que recubre nuestro cuerpo está formado por tres capas principales con varias subcapas cada una: la capa superior (epidermis), la capa media (dermis) y la capa inferior (hipodermis), según explican desde Nezeni Cosmetics (https://nezeni.com), firma especializada en cosmética alta en ingredientes y principios activos y baja en conservantes.
“La barrera cutánea o barrera de la piel es la superficie exterior de la piel, incluyendo el estrato córneo, la capa más externa de la epidermis”, explican desde Kiehl’s, firma del grupo L’Oréal, especializada en tratamientos faciales, corporales y capilares.
El estrato córneo se compone de células de la piel, de lípidos (o aceites) que ayudan a mover la humedad entre las células y a retener el agua de las células de la piel, y de factores hidratantes naturales como aminoácidos y ácidos grasos, según esta fuente.
“Una barrera cutánea saludable puede ayudar a defenderse de agresores ambientales como el sol y la contaminación, ayuda a retener y regular la humedad dentro de la piel, es la mejor defensa frente a los ‘radicales libres’ (sustancias que dañan a las células) y evita que aparezcan alteraciones en la piel, tales como sensibilidad, rojeces o descamación”, puntualizan desde Kiehl’s.
“En conjunto, los compuestos de la barrera cutánea se conocen como el `factor de hidratación natural´ de la piel, porque ayudan a mantener las capas más profundas hidratadas y nutridas”, señala por su parte Esperanza Sáenz, responsable de imagen de Nezeni.
Añade que su función es “crear una tez fuerte, hidratada y suave que mantiene dentro los humectantes naturales y evita que entren las bacterias y las sustancias químicas del medio ambiente”.
“A partir de los 40 años de edad, la cantidad de colesterol, ceramidas y ácidos grasos, todas ellas sustancias de naturaleza lipídica o grasa, disminuye significativamente, por lo que nos volvemos más propensas a tener el cutis seco a medida que seguimos envejeciendo”, destaca Sáenz.
“Los expertos coinciden en que la barrera cutánea tiene tres funciones esenciales: proteger el cuerpo de los factores de estrés que vienen del exterior, como la contaminación y la radiación UV, retener el agua para mantener el cuerpo y la tez hidratados, y transportar los nutrientes vitales a la piel”, añade.
“Cuando está dañada y no funciona como debe, la tez es más vulnerable a los daños y propensa a la deshidratación, lo que provocará que tenga un aspecto apagado y seco, y sea más permeable a los irritantes y alérgenos, que al penetrar en la epidermis, pueden desencadenar una inflamación”, apunta.
Una barrera cutánea dañada también será menos capaz de defenderse de los agresores perjudiciales como los radicales libres, que pueden provocar signos como decoloración, laxitud y arrugas prematuras, según Sáenz.
Desde Nezeni proponen una rutina en cinco pasos para mantener nuestra barrera en perfectas condiciones:
1. USA UN LIMPIADOR DE IMPUREZAS.
“El uso de limpiadores es fundamental para la rutina de belleza, ya que consigue disminuir el sebo, prevenir la aparición de ‘puntos negros’, eliminar impurezas y dejar la piel preparada para absorber mejor el o los tratamientos posteriores”, señala Sáenz.
Recomienda los limpiadores libres de tensioactivos con sulfatos, “que pueden resecar más la piel”, y destaca que “la limpieza debe empezar por una buena humectación de la piel y requiere emulsionar o masajear el producto cosmético con las manos antes de su aplicación, en vez de aplicarlo directamente sobre la piel”.
2. CALMA LA PIEL CON UN TÓNICO.
El uso de un tónico inmediatamente posterior a la limpieza cutánea ayuda a cerrar los poros, a equilibrar de nuevo el pH (equilibrio ácido-alcalino) de la piel, refrescar e hidratar, evitando las posibles alteraciones que pueda haber provocado la limpieza sobre la piel, según Sáenz.
Esta experta desaconseja el uso de tónicos en cuya composición se incluya alcohol, a no ser que sea una piel muy resistente y joven, ya que el alcohol puede resecar mucho la piel y se perdería el efecto de tonificación deseado.
3. APLICA UN SÉRUM PROTECTOR.
Según la especialista, “hay varios ingredientes claves para que un sérum favorezca una buena protección de la barrera cutánea”.
Señala que la combinación de ácido hialurónico de distintos pesos moleculares, contribuye a hidratar las distintas capas de la piel, llegando a las más profundas, donde favorece la síntesis de colágeno, una proteína beneficiosa para los tejidos de la piel.
La vitamina C, ademas de estimular la síntesis de colágeno, tiene la capacidad antioxidante de contrarrestar los radicales libres, moléculas que pueden provocar daño celular, y que se generan sobre todo debido a la radiación UVB /UVA y la contaminación ambiental, asegura.
4. FIJA LA HIDRATACIÓN.
“Para conseguir mantener la función de la barrera cutánea en estado óptimo, mejorando su contenido de agua y los lípidos y evitando que se reduzca, una crema hidratante debe incluir una serie de ingredientes cosméticos clave”, asegura Sáenz.
El producto elegido deben contener sustancias humectantes, (azúcares, colágeno, ácido hialuronico, ácido láctico) capaces de aumentar el contenido de agua en la piel, así como emolientes (aceites vegetales de jojoba y almendras, manteca de karité, ceramidas, colesterol y ceras) que actúan como lubricantes y restauradores de la superficie de la piel.
5. PROTÉGETE DE LA RADIACIÓN SOLAR.
La radiación solar hace que la piel pierda mucha hidratación y también provoca daño en el ADN (material genético) celular, por lo que es recomendable aplicarse un protector solar al menos media hora antes de exponer la piel al sol y repetir la aplicación como mínimo cada dos horas, según Sáenz.
Esta experta recomienda utilizar protector solar con un factor de protección “cuánto más alto mejor” y adecuado a la zona geográfica en la que estemos, y que esté compuesto por filtros físicos (ingredientes minerales) inocuos para la piel, según explica.