En una semana celebraremos la Batalla de Rancagua, pero lamentablemente una vez más se mantiene secuestrado el desfile en el estadio y lo único que se ha dicho oficialmente sobre el mismo es el reconocimiento de la falta de capacidad del Delegado Presidencial para organizar este evento en un recinto abierto, capacidad que si se tuvo por ejemplo en Chillán para el desfile por el natalicio de Bernardo O´Higgins. A una semana del desfile nada se ha dicho de entradas, aunque los rumores de pasillo dicen que el presidente Boric tiene la intención de hacerse presente en el estadio El Teniente. ¿El silencio sobre como puede el público asistir al desfile tendrá algo que ver con esta supuesta visita presidencial?
Pero más allá de Delegado o incluso del mismo desfile no debemos perder el foco que el 1 y 2 de octubre es una fecha para recordar las acciones de los patriotas en busca de la liberación de Chile, pero más que hablar de la historia, queremos hablar del significado de éste y el apego que muestran los habitantes de la región frente a antiguos hechos.
Lamentablemente en el resto del año no hablamos o difundimos en general sobre nuestra historia, antigua o próxima, especialmente a las generaciones más jóvenes. Este hecho crea desapego a las tradiciones con un “no estar ni ahí” con los hechos históricos que han engendrado nuestra ciudad.
A esto le sumamos que son pocos los centros culturales que sobresalten estos valores y destaca entonces la labor realizada por lugares como el museo regional o el centro cultural La Merced. Sumémosle que en los establecimientos educacionales se redujeron las horas de historia, además de las ciertas dificultades que ha traído la pandemia, entonces es más difícil aún para los profesores de este ramo profundizar sobre hechos cercanos en espacio territorial para que los niños formen un lazo ante estos acontecimientos.
Esperamos que gracias a agrupaciones culturales, a través de pequeños y aislados proyectos puedan ayudar a avanzar en estos temas y generar circuitos turísticos que rescaten y resalten el patrimonio histórico de nuestra ciudad. Así generar más apego y cariño en donde hacemos nuestra vida diariamente.
Un gran paso que hemos dado en El Rancagüino para apoyar aquel anhelo es la reedición del libro de don Héctor González Valenzuela llamado “Rancagua en la Historia”, un regalo a la ciudad escrito durante toda una vida de este destacado periodista. En los próximos días también publicaremos el completo relato que hace de la batalla en su libro quien por 50 años fue director de nuestro medio.
Con lo anterior nos sentimos capaces de recuperar un poco de historia y sentirnos parte de ella, ya que de esta forma podremos encontrar una nueva dirección para el desarrollo de la ciudad. Un lugar donde las personas estén orgullosas de vivir, ser parte y compartir con los demás.
Luis Fernando González V.
Sub Director