-Luego de la misa fúnebre, la comunidad carrerina le ofreció un emocionante adiós en las afueras del establecimiento, donde colmaron los pañuelos blancos, globos amarillos, aplausos y el sonido de la campana como señal de respeto y agradecimiento.
Ximena Mella Urra
Fotos: Nico Carrasco
A los 84 años de edad dejó de existir la reconocida
educadora rancagüina Florencia Sánchez Santis, socia fundadora del Colegio Javiera
Carrera, establecimiento que abrió sus puertas en marzo de 1982 con solo 146
estudiantes de Enseñanza Pre Escolar y Primer Ciclo Básico, en una pequeña
parte de lo que hoy son sus instalaciones ubicadas en el centro de la capital
regional.
Deja un hijo y dos
nietos, y a su marido Álvaro Aspée Arangua, quien la acompañó desde el primer
día para hacer realidad este sueño educativo. “Gracias infinitas por su labor y
entrega docente, gracias por construir con esfuerzo y perseverancia los
cimientos que sostienen el gran colegio que hoy nos deja”, manifestaron
oficialmente desde el colegio ante el sensible fallecimiento de su creadora y
directora por casi dos décadas.
En las exequias, el presbítero de la Parroquia San Francisco Asís de Rancagua, Arul Dhas Francis, destacó la labor educativa de “la hermana Florencia, quien peregrinó toda su vida, es decir, que siempre caminó hacia la casa del Señor. Ella impulsó la fe católica en su colegio, por eso también debemos practicar su enseñanza”. Luego y en medio de la comunión, algunos estudiantes entonaron “Gracias a la Vida”, de Violeta Parra, siendo uno de los momentos más emotivos de esta despedida.
Su actual directora María Soto, dedicó unas sentidas palabras a quien también fuera su amiga y colega. “Fue una mujer extraordinaria y tuve la suerte de trabajar con ella y ser su amiga. Tuvo el placer de cumplir su sueño que era educar. Con mucho esfuerzo logró cumplir su sueño y con el apoyo de su familia. Siempre recordaré la fuerza que transmitía. Sin lugar a duda dejó un legado en la ciudad y que ahora su hijo podrá seguir”, expresó.
Felipe Gutiérrez, ex alumno de la Generación 92 y ahora apoderado del establecimiento, de igual manera quiso sumarse en las palabras de despedida. “Ella pavimentó mi camino y hoy el de mis hijos. Vi nacer este colegio, donde ella junto al tío Álvaro, era nuestros padres educacionales. Luchó y trabajó por una institución que ha crecido. Vi como se sacrificaron por nosotros y eso no se olvida”, dijo en señal de agradecimiento.
Finalmente, cientos de alumnos, sus profesores, asistentes de la educación, administrativos y funcionarios esperaron que el cortejo fúnebre pasara por el exterior del establecimiento de calle Ibieta luego de la misa realizada en la Parroquia San Francisco de Rancagua. Allí la comunidad carrerina le ofreció un emocionante adiós lleno de pañuelos blancos, globos amarillos, aplausos y el sonido de la campana como señal de respeto y agradecimiento ante el legado dejado por doña Florencia Sánchez.