- Según el Sistema de Certificación Ambiental Municipal del Ministerio del Medio Ambiente, la capital regional está en etapa de certificación intermedia, con el desafío de ejecutar de forma generalizada los planes a desarrollar y así avanzar a la siguiente fase. En un momento donde la crisis medioambiental se hace cada vez más patente, Rancagua busca opciones para transformarse.
Por: Patricio Miranda Humeres / Fotos: Marco Lara
Fue en el quinto concejo municipal de la actual administración que el contrato más importante del municipio, el relacionado a la empresa recolectora de basura, terminó por votarse y definirse con una prórroga de un año, tiempo que se ocupará para mejorar las bases del contrato para la próxima licitación.
Ello, porque la discusión liderada por la presidenta de la comisión de Medioambiente del concejo, Valentina Cáceres (Ecologista Vede), busca modificar no solo las cláusulas, sino que la mirada que se debe tener frente al manejo de los residuos y, así, ampliar el espectro no solo a la recolección de basura domiciliaria, sino que también al tratamiento y a una gestión eficiente, con foco en el reciclaje.
Además, Cáceres también pretende que el municipio se declare en Emergencia Climática, algo en lo que ya han avanzado comunas como Macul o Cerrillos, en la región Metropolitana, y Hualpén, en el Biobío.
Este es un punto de partida en un territorio que, si bien fue destacado en 2015 en la Encuesta Nacional de Medioambiente como la ciudad con mayores índices de conducta sustentable, también tiene mucho trabajo pendiente.
Actualmente, Rancagua está en etapa intermedia en el Sistema de Certificación Ambiental Municipal, del Ministerio del Medioambiente. Ello, luego que ingresara a la plataforma y obtuviera el nivel básico en 2017.
Con todo, datos del sistema actualizados a julio de este año, muestran que la capital regional se mantiene como intermedia, sin lograr avanzar a la fase avanzada y de excelencia, que comprende la ejecución generalizada de los planes o proyectos que se debían crear. Así, Rancagua se mantiene en la segunda de cinco etapas.
Eso sí, en la actual administración, con Juan Ramón Godoy (PS) a la cabeza, hay algunas promesas que, de lograr llevarse a cabo, podrían hacer de la comuna una ciudad cada vez más sustentable.
“Necesitamos construir un Rancagua más verde y sustentable, que ya no solo recoja los residuos de la basura y los lleve a un vertedero, sino que tenga una innovación, donde podamos proyectar un Rancagua verde, con procesos y programas de reciclaje, una compostera municipal, con una mirada distinta de los vertederos, donde reciclemos y también tengamos, por ejemplo, plantas de biogas”, puntualiza el jefe comunal.
“Es muy relevante que tengamos una relación diferente con el medioambiente. Necesitamos una ciudad que nos permita tener pulmones verdes que aporten en este proceso de descontaminación”, añade Godoy.
El fomento y creación de más puntos limpios aparecen también como uno de los flancos que los activistas medioambientales quieren impulsar, en un proceso donde la educación a la ciudadanía sobre cómo gestionar sus residuos y generar conciencia también es relevante.
Así lo postuló el concejal Emerson Avendaño (ind.), quien puso el foco en reducir la carga de la basura que se genera, tomando en cuenta la limitada y cada vez menos vida útil que le queda al relleno sanitario que ocupa el municipio.
Por otro lado, medios menos contaminantes de transporte también juegan un rol importante en cuanto a comportamientos más amigables con el medioambiente.
De ahí que la gran extensión de la red de ciclovías, implementadas durante la administración de Eduardo Soto y que llevaron al entonces director del Secplac, Raimundo Agliati a ser conocido como “el hombre de las ciclovías”, sean un punto a favor en cuanto al fomento del uso de la bicicleta.
La creación de estacionamientos para este medio de transporte en diversos puntos del damero central e, incluso, dentro de la estación de trenes, contribuyeron también a este propósito.
En esa misma línea, la peatonalización del centro de Rancagua, ampliando los espacios como las veredas junto a la mejora y conexión de paseos peatonales del centro de la ciudad, aún con todos los pendientes en cuanto a su planificación, sean otra más de las ventanas que buscan convertir a la capital regional en un territorio cada vez más sustentable.