¿Rancagua es una ciudad minera?, la respuesta obvia a esa pregunta es un sí rotundo. Pero los criterios fijados por el gobierno para la distribución de los fondos del royalty parecen indicar lo contrario, así la capital regional no es ni una comuna necesitada ni menos una comuna minera por lo que pese a las externalidades negativas que la minería produce en nuestra zona ni un peso del nuevo impuesto quedaría en Rancagua, así por lo menos queda de manifiesto no en las declaraciones del alcalde sino en el listado que el mismo gobierno ha hecho oficial como resultado de la simulación realizada por Hacienda, listado oficializado en nuestra zona por la seremi de minería donde queda de manifiesto que de las 33 comunas de nuestra región solo Rancagua queda fuera de algún beneficio de la nueva ley.
Es como si la gran mayoría de quienes laboran en El Teniente no vivieran en Rancagua, es como si los buses y las camionetas rojas que a diario circulan por nuestras calles no fueran un componente de los tacos que a diario sufrimos, como si la contaminación que por años produjo Caletones no bajara al valle o como si las oficinas centrales de la mina subterránea más grande del mundo no abarcaran más de 6 hectáreas en el centro de la capital regional, o si la decisión de realizar la ceremonia de nacionalización del cobre en nuestra plaza hubiese sido antojadiza o que las grandes manifestaciones de los sindicatos del cobre nunca se hubiesen realizado en nuestras calles o si más de 40 kilómetros de canales de relaves no pasarán por la comuna.
Los rancagüinos sabemos de las complicaciones que significa la gran minería, pero las aceptamos. Sabemos que son necesarias para el desarrollo del país y sabemos lo importante que es El Teniente en nuestra comunidad, no solo como actor económico y generador de empleo sino por toda la inversión en obras de bien que la minera a impulsado en su historia en la zona.
Pero justamente nos sentimos defraudados y ninguneados cuando por fin se habla de redistribuir en algo la riqueza del cobre a la que tanto hemos contribuido a construir se nos niega, simplemente porque unos criterios elaborados en una oficina en Santiago así lo indican, claramente el problema entonces está en los criterios utilizados y no en que Rancagua sea o no una comuna minera. He aquí el punto en conflicto, no queremos desconocer la gran noticia que significan estos recursos para muchas comunas por años postergadas, ni menos queremos decir que ellas no los reciban, sino simplemente en lo justo que es que Rancagua reciba un reconocimiento de lo que es.
En este sentido no cabe si no estar de acuerdo con nuestras autoridades municipales y parlamentarios que así lo han expresado y lamentar profundamente que aquellas autoridades designadas por el poder central no hayan tenido una voz para defender los intereses de los ciudadanos que dicen gobernar.
Esperamos entonces que el gobierno reconozca este error y rectifique los resultados de esta simulación y entonces actúe simplemente en justicia con nuestra ciudad.
Luis Fernando González V.
Sub Director