– Además señaló que debiesen estar insertas en un sistema colaborativo con los centros de investigación, universidades locales y en los ecosistemas de innovación y emprendimiento.
Ximena Mella Urra
“Chile debería sentirse orgullosos de sus principales industrias exportadoras que están plenamente vigentes en el siglo XXI como es el cobre y el litio, o la industria agroalimentaria”, destacó el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA), Bernardo Larraín, en su intervención realizada en la tercera jornada de ENEO 2020, el más importante encuentro empresarial de la zona que este año se realiza vía streaming producto de la pandemia.“El desafío es generar un círculo virtuoso de inversión que conecte a las grandes empresas y que no sea solo un catastro de proyecto más como hemos visto en los últimos 30 años”, agregó.
Dentro del panel conversatorio sobre la realidad de las regiones y sus oportunidades en tiempos de crisis, Larraín indicó que las empresas debiesen estar insertas en un ambiente colaborativo. “El I+D en Chile es bajo, por lo tanto hay que generar una virtud colaborativa entre la empresa, los centros de investigación, las universidades y los ecosistemas de innovación y emprendimiento. Y eso debe hacerse desde las regiones porque cada una de ellas posee una vocación productiva”. Por lo tanto-continuó-, “deberían haber macrozonas organizadas que unan a varias regiones, donde existan planes de desarrollo en cada una y donde esté presente al centro la universidad regional, y que al mismo tiempo las empresas se instalen en ellas, creo que este es el camino del futuro”.
Las empresas han sido una gran protagonista desde hace 30 años, “especialmente en la cancha de lo público como lo hicimos en el Gobierno de Ricardo Lagos”, recordó. “Luego fuimos autocomplacientes porque pensamos que sería un camino en piloto automático. En cuanto a los gremios también nos atrincheramos y participamos de forma reactiva”, explicó. “Por todo esto es importante volver a reactivarnos en la esfera de lo público. En los últimos años, estamos entrando al debate con perseverancia e innovación pero nos falta mucho camino por recorrer. En esta crisis, nuestro pasado se hace más relevante y hoy le corresponde a una nueva generación de empresarios y de políticos, profundizar lo que hemos hecho en los últimos años”.
El titular de SOFOFA aprovechó la ocasión para subrayar que nos estamos preparando para enfrentar las consecuencias de una crisis social, económica, sanitaria e institucional de una profundidad inédita en los últimos 30 años. “Desde 1982 que no teníamos una caída trimestral de la economía como la del segundo trimestre de este año, de -14%. Esto requiere del esfuerzo de todos los actores y de la acción decidida de las empresas”. Es por esta razón que propuso una hoja de ruta para re-comprender el Chile post covid, tener un imperativo ético en la recuperación económica y social y reconstruir un consenso de futuro, opinó.
“Proponemos una recuperación económica con adaptabilidad en tres dimensiones: generación de las condiciones habilitantes Por ejemplo, el proceso constitucional, donde a pesar de que muchos lo ven con temor, puede representar una oportunidad, peor para eso es necesario generar las condiciones. En segundo lugar, debemos proponer políticas públicas para una recuperación que al mismo tiempo de enfrentar la contingencia, sea resiliente y sustentable. Y tercero, debemos aprovechar de producir una nueva revolución empresarial para que todos veamos a las empresas de una forma distinta”, insistió. Sin embargo, dijo que esta agenda de recuperación es necesario que se conecte con la re-comprensión del Chile Post Covid mirando la recesión, la pobreza y el desempleo, cerrando las brechas de desigualdad, y siguiendo el camino hacia una sociedad que se desarrolla. “Chile está en una encrucijada y hay razones para ser pesimista. Es la oportunidad de lograr una mejor comprensión social de hacer y ser empresa. Muchas empresas lo están pasando mal. Pero quienes puedan mirar el futuro, aprovechen la experiencia vivida y el retorno gradual para mostrarle a las personas una forma distinta de ser y hacer empresa”.
Finalmente, Larraín argumenta que es pertinente preguntarse por qué existimos como institución. “Nuestra misión es impulsar la evolución y el valor de las empresas del país para un país más competitivo y sustentable. Alentamos involucrarse líderes institucionales para colabora la política para emplazarla a que miren reformas a largo plazo con tendencia globales y que analicen lo técnico. Conectar la crisis a largo plazo con tendencias globales que se están acelerando. Por lo tanto son muy buenas oportunidades para construir futuro”, aseguró.