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Por: Ximena Mella Urra
Aunque la reforma previsional de 2008 introdujo políticas de equidad de género, las brechas entre hombres y mujeres persisten en el sistema previsional y de capitalización individual chileno. Según el Informe de Género sobre el Sistema de Pensiones y Seguro de Cesantía, publicado por la Superintendencia de Pensiones a fines del año pasado, la pensión promedio de la mujer es 42% menor que la de los hombres debido a factores como la menor participación en el mercado laboral o períodos no trabajados, entre otras razones por la maternidad o actividades sin remuneración, como el cuidado de hijos o de familiares dependientes o de tareas del hogar.
“En Chile hay más de 1 millón 800 mil personas pensionadas en el sistema de capitalización individual y, de ellas, el 52,94% son mujeres. La diferencia entre la pensión por vejez promedio de hombres y mujeres en el país es de $138.000, según los datos entregados por la Superintendencia de Pensiones en junio del 2020. Por ejemplo, en el caso de las personas que cotizaron entre 35 y 40 años, los hombres alcanzaron un pago de $648.817 en promedio y las mujeres, $476.354”, describió Paula Poblete, directora de Estudios de Comunidad Mujer (desde mayo de 2014), quien además es economista y minor en sociología de la Pontificia Universidad Católica y magíster en políticas públicas de la Universidad de Chile.
Uno de los factores que inciden en esta brecha previsional es la edad de jubilación. Mientras los hombres pueden jubilar a los 65 años, las mujeres lo pueden hacer a los 60 años. Esto se traduce en que el período de acumulación de ahorro en las mujeres es cinco años menor, influyendo en que el ahorro sea también inferior.
Por otro lado, las mujeres cuentan con una mayor esperanza de vida. Por ejemplo, se estima que las mujeres en edad de jubilar (60 años) vivirán, en promedio, hasta los 90,8 años, de acuerdo al mismo Informe de la Superintendencia de Pensiones. Se proyecta que los hombres, en tanto, a la edad de jubilación (65 años) tienen, en promedio, una expectativa de vida de 85,7 años.
“Si hacemos una simulación entre hombres y mujeres que llegan a los 65 años con la misma cantidad de dinero en su cuenta individual, solo por el hecho de tener una expectativa de vida distinta, las mujeres tendrán una pensión 15% menor que los hombres”, indicó Paula Poblete.
Asimismo, las mujeres tienen una menor participación laboral, por factores culturales y sociales, pues son las que, principalmente, asumen tareas no remuneradas como el cuidado de hijos o adultos dependientes. Esa ausencia de corresponsabilidad con los hombres también se replica en las labores domésticas. Todo esto impacta en la presencia de “lagunas previsionales”, dijo la directora de Comunidad Mujer. Es decir, existen períodos en que no cotizan.
“Dejan de trabajar para criar. Muchas se dedican al trabajo doméstico y al cuidado no remunerado, produciéndose una salida del mercado laboral mayor a la de los hombres, aunque en la condición de pandemia actual, por primera vez el desempleo masculino es más alto”, agregó Poblete.
Otro aspecto a destacar, según estudios realizados por Comunidad Mujer, es que las mujeres aportan un 60% de las horas necesarias para cuidar a un hijo y casi el 80% de las horas que requiere el cuidado de enfermos.
En este escenario, deben enfrentarse además a altos grados de informalidad laboral para compatibilizar con el cuidado de la familia. “Es por ello que los microemprendimientos de las mujeres son de subsistencia. La mayoría de las mujeres emprenden por necesidad en comparación con los hombres, que lo hacen por una oportunidad de negocios o de innovación. El 65% de los emprendimientos a cargo de mujeres tienen ganancias mensuales de hasta un salario mínimo. En cambio, solo el 38% de los hombres y sus emprendimientos tiene este rango de ingresos”, añadió la economista.
Además, es sabido que en Chile las mujeres ganan en promedio un 30% menos que los hombres. “Enfrentan salarios más bajos porque están concentradas en actividades y ramas que poseen sueldos bajos”, explicó el especialista.
-¿Qué les diría a las mujeres para que puedan mejorar sus pensiones?
Detrás del sistema de capitalización individual, tanto hombres como mujeres debemos preocuparnos desde muy temprana edad de nuestra vejez. Debe haber cierta preocupación por trabajar formalmente; es decir, con contrato y cotizaciones de salud y pensiones y que lo hagan por el monto que corresponde. Hay que cotizar y hacerse responsable. En el tema de las pensiones, en un país con un sistema de capitalización individual, se necesita que las personas coticen.
-¿Qué proponen en Comunidad Mujer para aumentar las pensiones de las mujeres y contribuir a revertir esta situación?
Tenemos una propuesta que tiene que ver con que las mujeres no se hagan cargo ellas solas de su mayor longevidad o esperanza de vida. Aquí debiese primar la solidaridad en el sistema. Tenemos al menos dos propuestas concretas que afirmamos desde 2017, que tienen que ver con una asignación por longevidad femenina. Es decir, que el Estado pague esa diferencia que se produce entre hombres y mujeres al calcular las pensiones por género. El otro planteamiento es lo que se llama el Seguro de Cuarta Edad, el cual establece que con lo que hayas logrado juntar en tu cuenta individual, cubres hasta el límite de la esperanza de vida de los hombres. Superior a eso se llama la Cuarta Edad, y aquí debiese operar un seguro que se financiaría con los fondos del Aporte Previsional Solidario. Es como tener un Retiro Programado hasta la tercera edad y, luego de eso, contar con una Renta Vitalicia.
Medidas para enfrentar esas desigualdades
En respuesta a esta situación, la reforma previsional de 2008 (Ley 20.255) incorporó medidas de equidad de género, siendo el Bono por Hijo Nacido Vivo o Adoptado su principal beneficio.
- El Bono por Hijo es un beneficio de cargo fiscal que incrementa el monto de la pensión de la mujer que es madre a través de la entrega de un bono por cada hijo nacido vivo o adoptado. Este bono no se paga en efectivo al momento del nacimiento del hijo ni al jubilar, sino que pasa a formar parte del fondo ahorrado por la mujer en su cuenta individual de la AFP y, por tanto, integra el monto de la pensión pagada.
- Igualdad de Cobertura del Seguro de Invalidez y Sobrevivencia (SIS) para Hombres y Mujeres
- Compensación Económica en caso de Nulidad o Divorcio Nuevos Beneficiarios de Pensión de Sobrevivencia.
- Se incluye al hombre como beneficiario de pensión de sobrevivencia de la mujer, a su cónyuge y al padre de hijos de filiación no matrimonial que viva a expensas de la beneficiaria fallecida.
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