Por: Patricio Miranda Humeres / Fotos: Marco Lara.
Había expectativas en el Estadio El Teniente el sábado y, esta vez, no se trataba de un encuentro deportivo.
Y es que luego de un año donde la pandemia obligó a suspender eventos masivos y, con ello, el tradicional desfile que se realiza en conmemoración de la Batalla de Rancagua, también conocida como el “Desastre”, el evento retornó a la capital regional.
Eso sí, dado que la crisis sanitaria sigue latente, hubo algunos cambios. Desde aforo limitado a solo 600 personas hasta el uso de mascarillas no solo de los asistentes, sino también de quienes estuvieron marchando por la pista atlética del recinto deportivo.
Atendiendo ese contexto, se realizó un minuto de silencio en homenaje a las víctimas del COVID-19 y los estandartes de combate usaron un crespón negro en señal de luto.
La ceremonia también fue más breve que de costumbre y es que, solo fueron las Fuerzas Armadas y de Orden, fueron las que desfilaron bajo la atenta mirada de algunas autoridades y asistentes. Así, este año los colegios que tradicionalmente escogían a un grupo de alumnos, alumnas, profesores y profesoras, quedaron fuera del evento, así como también otras organizaciones como Bomberos o las Damas de Colores.
Con todo, la sincronía al desfilar y las melodías que interpretaron los representantes de las Escuelas Matrices se llevó el aplauso del público, el mismo que recibió el Conjunto Graneros, que con tres pie de cueca deleitó a los asistentes en un esquinazo con música en vivo.
“Presentamos distintas expresiones de cueca que hoy están plenamente vigentes, incluyendo también a los temporeros, que fue a los últimos que enamoró la cueca”, señaló Miguel Gutiérrez, director de la agrupación.
En la presentación también se hicieron presentes una pareja de Carabineros, que mostró sus dotes danzarines, compartiendo el escenario de la pista atlética con el resto de los bailarines y la banda, espacio artístico que fue presentado por el destacado comunicador Juan La Rivera.
“Fue un privilegio y un honor compartir una ocasión tan especial para la ciudad de Rancagua”, sostuvo La Rivera. “El espectáculo fue impecable, esta pequeña ‘Parada Militar’ y también la muy buena demostración de lo vivo que está el folclore”, agregó.
La sensación fue compartida por las autoridades que encabezaron la ceremonia.
Ricardo Guzmán, delegado presidencial de O’Higgins, señaló que estaba “muy contento” por haber retomado cierta normalidad en las “tradiciones cívicas”, como lo es esta característica muestra.
“Es importante ver ese nexo que hay entre las instituciones de las Fuerzas Armadas con la comunidad, pero también de que los rancagüinos y la gente de la región se sienta identificada con este tipo de eventos, nos tiene muy contentos”, afirmó.
Por su parte, el general de División y comandante del Comando de Operaciones Especiales del Ejército, Carlos Castillo, manifestó que “fue muy emocionante estar celebrando un aniversario más de la Batalla de Rancagua. Van 207 años y para todos los chilenos y quienes pertenecemos a las Fuerzas Armadas, cada uno de estos hitos y ceremonias en que conmemoramos alguna gesta heroica, nos emociona escuchar a nuestros soldados desfilar y, obviamente, aquellas tradiciones como la cueca”.
En las graderías también estuvo presente el gobernador regional Pablo Silva y parlamentarios de la zona, como el senador Alejandro García-Huidobro y los diputados Raúl Soto, Ramón Barros y el postulante al congreso Juan Masferrer, además de algunos secretarios regionales ministeriales, como Pablo Ortiz (Salud), Alejandro Álvarez (Gobierno) y Christian Villegas (Bienes Nacionales), entre otros.
Entre las autoridades municipales, ubicadas en las graderías, estaban algunos concejales junto al alcalde de Rancagua Juan Ramón Godoy. “Me parece importante que hoy tengamos el desfile luego de estar suspendido un año. Es parte de las tradiciones cívicas, de la identidad de la ciudad y, sobre todo, del recuerdo de estos 207 años de la Batalla de Rancagua”, dijo el jefe comunal.
En las afueras del estadio la situación se vivió con normalidad. Sí algunos brigadistas aprovecharon la oportunidad para ondear banderas y repartir propaganda de candidatos en la entrada del recinto.