- Durante este año, a nivel regional, más de mil personas han sido denunciadas por no cumplir con la Ley de Extranjería. Problemas sociales, económicos, culturales y políticos en los países de procedencia se erigen como los principales gatillantes de la migración a la zona.
Por: Tomás Arcas
Fotos: Marco Lara
De acuerdo a las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística, en base al censo más reciente llevado a cabo en 2017, cerca de 1,5 millones de personas extranjeras son las que habitan nuestro país en la actualidad. De estas, unos 45 mil migrantes serían residentes de la Región de O’Higgins, que con el correr de los últimos años y la llegada de la pandemia ha recibido a una significativa suma de foráneos buscando nuevas oportunidades de vida.
Asimismo, según las estimaciones del INE, a diciembre del 2020 la nacionalidad extranjera más repetida en O’Higgins era la venezolana (33,7%), seguida por la haitiana (29,3%) y la colombiana (8,2%). Además, se evaluó una relación de masculinidad de 129,8 hombres extranjeros por cada 100 mujeres, la segunda más alta entre las regiones del país.
La encargada de la Oficina de Migración de la Municipalidad de Rancagua, María Inés Rodríguez, aseguró que la migración irregular en la comuna “ha aumentado enormemente estos últimos dos años”. “Antiguamente, era muy común ver a extranjeros de nacionalidad cubana o venezolana, pero hoy también estamos viendo un gran número de migrantes haitianos que han ingresado por pasos no habilitados”, sostuvo Rodríguez.
APOYO AL MIGRANTE
La Pastoral Migrante del Obispado de Rancagua surgió en 2015, de la mano del obispo Alejandro Goic, quien estaba muy preocupado por la compleja situación migratoria que ya comenzaba a notarse, con éxodos masivos desde Centroamérica y países andinos. La directora del servicio eclesial, la hermana Claudia Ximena Lazcano, relató que cuando un migrante se acerca a pedir ayuda “lo primero que hacemos es acogerlo y escuchar su relato, porque vienen con muchas cosas, como violencia, violaciones y abusos de todo tipo”.
“La persona migrante que cruza el desierto generalmente queda con lo puesto, porque cuando inicia este viaje tiene que tener en cuenta que pasan varias fronteras, varios países, y ahí se va quedando parte de ellos, de su recurso económico, de su persona, y también el trato que va teniendo, que es bastante vejatorio en muchos casos”, señaló la encargada de la Pastoral Migrante, que además de brindar apoyo emocional también ofrece orientación administrativa y ayudas de emergencia a quienes lo necesiten.
Lazcano identificó que “cuesta mucho, por ejemplo, que entiendan la obligación de enviar a los niños al colegio o al jardín infantil”. “Yo les digo (a los extranjeros) que en Chile es ley que el niño vaya al colegio, sino va a ir un carabinero a buscarlo a su casa. Cuando digo eso ya empiezan a buscar una matrícula, pero puede ser que pasen años. Para ellos a veces no es un tema la escolaridad y no se dan cuenta que están postergando a sus hijos a un círculo vicioso del que no van a poder salir. Mientras más tiempo pasa, cada vez se complica más y van quedando más marginados del proceso de adaptación y de integración”, comentó.
Otra de las preocupaciones de la directora de la Pastoral Migrante del Obispado de Rancagua es que personas que ingresaron por pasos no habilitados no se regularicen: “Una persona que no se autodenunció, no hizo esta declaración al ingreso al país ni tampoco en el lugar donde pretende asentarse, queda a merced de muchos grupos que en realidad son los mismos extranjeros los que los han ido construyendo”.
En cuanto a la labor realizada por el organismo en apoyo a la población migrante, Lazcano precisó que, por ejemplo, “en plena pandemia atendimos a casi 800 personas en sus casas, con un permiso especial pudimos distribuir cajas que gestionó Caritas y el Obispado de Rancagua para estas personas, que no son solo de Rancagua, sino que de otras comunas como Requínoa, Doñihue y Coltauco”. “Lo que queremos es que se sientan parte de esto, pero que no dependan de nosotros, sino que darles un empujón inicial y que se integren en su comunidad”, expuso la hermana.
Finalmente, sobre los motivos por los que las personas atendidas en la Pastoral Migrante dejan sus países de origen, Lazcano aseguró que “emigran generalmente por la situación social, económica, cultural y política que se vive en sus países y porque alguien les dijo que aquí se estaba mejor”.
TESTIMONIOS DE EXTRANJEROS
Soraya Clinger, colombiana:
“Estoy en Rancagua desde hace tres años. Quedé viuda y busqué algo diferente, después de un matrimonio muy bello de 20 años con el padre de mis hijos. Conocí a un chileno, nos organizamos, nos casamos y allí empecé los trámites legales para no quedarme de manera irregular en el país.
Al principio fue duro. Ahora no olvido a Colombia, pero también me siento chilena; llegué a la familia de Patricio, que es muy grande, y he podido ver las costumbres, adaptarme, y hoy me siento también parte de Chile.
Ha sido bonito, una experiencia con cosas que no han sido agradables en el momento pero que después las valoro. Por ejemplo, al principio sentí mucha nostalgia de regresar, porque mis hijos me hacían falta, porque debía adaptarme a otro modo de vida, a otra condición económica, pero ya no lo añoro y estoy muy feliz con este momento.
Una de las cosas más complejas fue empezar a interactuar. El mismo clima en Colombia hace que uno sea más abierto, porque te vistes diferente, pero los chilenos de pronto también son muy alegres, después uno empieza a verlo. Es como el sol, siempre está ahí, con la perspectiva del día y la noche, pero el sol está en algún lado. Dar una asociación o un concepto a priori sin conocerlos a fondo es errado.
Me ha parecido tan próspero el país, tan tranquilo. Es bonito y cuenta con muchas ventajas que allá en Colombia no tenemos y que tienen que valorarlas, como toda la parte previsional, el acceso a la salud y la protección laboral, que son mucho mejores, y la moneda, que es más fuerte. Acá he aprendido a valorar todas esas cosas, la persona que me da una sonrisa se la devuelvo multiplicada por cinco, porque valoro mucho todo eso”.
Adrianny Rondón, venezolana:
“Tenemos ya casi cuatro años aquí en Chile. Llegamos a Rancagua porque en Santiago no pudimos encontrar empleo, pedían muchos papeles para poder dar trabajo y nos dijeron que en Rancagua se daba mucho la cosecha y no pedían papeles ahí y nos vinimos para acá. Desde entonces, nos quedamos hasta el día de hoy.
Lo que motivó la salida de Venezuela fue su situación económica, que estaba muy grave. Mi esposo se fue a Panamá buscando una mejor economía para nosotros y cuando regresó estaba peor que cuando se fue, así que decidió que, con lo que había ahorrado en Panamá, nos iba a sacar de Venezuela.
Cuando llegamos éramos solamente mi esposo, mi hijo mayor y yo. Ahora tenemos al bebé, un chilenito, pero cuando llegamos fue muy difícil para nosotros. Los primeros tres meses fueron muy complicados porque habían caído granizos y se dañaba mucha cosecha, así que no conseguimos más trabajo, pero después logramos surgir muy rápido, porque tuvimos mucho apoyo de nuestros jefes en ese momento.
Primero nos fuimos a Perú y ahí sentimos mucha discriminación, pero cuando llegamos acá nos sentimos como en casa. Incluso, hemos llegado a pensar en echar raíces aquí, porque realmente nunca nos hemos sentido extranjeros, siempre nos hemos sentido en casa. Nunca nos han hecho sentir menos o diferentes por tener otra nacionalidad.
Una de las diferencias más grandes es el cambio en el clima. En Venezuela es verano y primavera durante todo el año, no hay otoño ni invierno, y por lo menos el primer año nos costó adaptarnos al frío. Ya nos hemos acostumbrado muy bien y yo creo que si regresáramos a Venezuela nos pegaría mucho más, porque ya nos gusta el frío. La otra diferencia es en la situación económica, ya que aquí uno trabaja y el sueldo le da para vivir, mientras que en Venezuela se trabaja para sobrevivir; todos los días es una preocupación el qué podremos comer, qué podremos comprar o para qué nos va a alcanzar”.
¿QUÉ DICEN LAS AUTORIDADES?
“El Estado, en todas sus formas, no pueden concurrir en ayuda de estas personas”
- El delegado presidencial habló del fenómeno que está sucediendo en la región y cómo lo ve el Gobierno. Además al tema se refirió el Alcalde de Rancagua y la jefa de la PDI del Departamento de Migraciones y Policía Internacional

Consultada por El Rancagüino, la jefa de la PDI del Departamento de Migraciones y Policía Internacional de Rancagua, subprefecto Francisca Cornejo, evaluó que es difícil establecer con precisión el flujo migratorio en la Región de O’Higgins, ya que esta no cuenta con un paso fronterizo habilitado que funcione de manera regular. “Por lo tanto, la mayoría de los extranjeros que actualmente residen en la región, ingresaron a nuestro territorio a través de pasos fronterizos ubicados en otras regiones”, mencionó la funcionaria de la PDI.
“No obstante a lo anterior, tanto el Departamento de Migraciones y Policía Internacional de Rancagua como la Sección de Migraciones y Policía Internacional de San Fernando realizamos permanentes fiscalizaciones para identificar a aquellos extranjeros que se encuentran en situación migratoria irregular”, explicó Cornejo.
Así, declaró que la PDI O’Higgins cuenta con dos grandes fuentes para identificar a las personas infractoras de la Ley de Extranjería: las fiscalizaciones en terreno -que al 26 de julio de 2022 contabilizaban 46 operativos de este tipo- y las denuncias que se efectúan directamente en los cuarteles policiales, dentro de las cuales “un número significativo corresponde a autodenuncias que los infractores realizan por decisión propia”, expuso la subprefecto, agregando que entre fiscalizaciones en terreno y denuncias efectuadas, 1.089 personas habían sido denunciadas hasta el 26 de julio a la autoridad administrativa.
Al ser interrogada sobre un eventual incremento en la expansión del delito desde la capital hacia la Región de O’Higgins, Cornejo expresó que “no es posible determinar de manera certera, sin un estudio previo, que el fenómeno delictual se traslade de un lugar geográfico a otro”. “Lo que sí hemos percibido es el surgimiento de modus operandis que antes no eran comunes en la región, como los robos a conductores de aplicaciones móviles o los robos de vehículos con violencia y/o intimidación, delitos comúnmente como portonazos o encerronas. Sin embargo, a pesar de que en algunos hechos delictivos se ha detectado la participación de extranjeros, no es posible atribuir esa conducta a un fenómeno migratorio”, dijo la jefa del Departamento de Migraciones y Policía Internacional de Rancagua.
Por su parte, el delegado presidencial regional, Fabio López, sostuvo que el fenómeno migratorio en la región “es un tema preocupante y uno de los que más le preocupan hoy a la ciudadanía, junto con la delincuencia”. Rápidamente, el representante del Presidente Gabriel Boric en O’Higgins dejó claro que no necesariamente hay que asociar los conceptos de migración y delincuencia, porque “entrando en la arena, son unas pocas personas extranjeras las que se dedican a la delincuencia”.
“Este es un fenómeno que se viene dando hace bastante tiempo, no es algo que haya empezado el 11 de marzo de 2022 como algunos lo han intentado instalar en los medios de comunicación, eso es una falacia”, comentó López, agregando que la problemática lleva “fácilmente unos seis años” y que en los últimos dos ha venido con un fuerte aumento producto de “un ingreso descontrolado de extranjeros por pasos no habilitados”.
En esa línea, el político del PPD destacó que “nuestro gobierno está estructurando un plan para ir en combate del control fronterizo, sobre todo por pasos no habilitados en el norte de Chile y, en conjunto con el Servicio Nacional de Migraciones y la PDI, estamos haciendo un trabajo de ir detectando a estas personas y denunciarlas a los tribunales de justicia para que, si han cometido delitos, sean condenados, o aquellas personas que se sorprenden trabajando también sean denunciadas y se inicien los procesos respectivos”.
Además, el DPR de O’Higgins declaró que el fenómeno migratorio en la región se da principalmente por “personas que empiezan a transitar desde el norte, que han ingresado por el sector de Colchane u otros lugares, y que se trasladan hacia la zona central del país”. Junto a las instituciones ya nombradas y al Ministerio Público, la delegación presidencial desarrolla un trabajo de inteligencia “para combatir esta migración que, insisto, no siempre se asocia con la delincuencia”.
“La nueva ley de migraciones está hecha para que las personas que quieran venir a colaborar, a ser un aporte al país, lo puedan hacer. Por lo tanto, es importante que esas personas regularicen su situación, porque hoy no son sujetos de derecho”, manifestó López. El delegado presidencial profundizó en que “el Estado, en todas sus formas, incluyendo las municipalidades, no pueden concurrir en ayuda de estas personas, así como tampoco se pueden contratar de manera regular; hay muchas personas que incluso son profesionales y que no pueden convalidar sus títulos”.

Por su lado, el alcalde de Rancagua, Juan Ramón Godoy, recordó que “nuestra región, históricamente, ha albergado población migrante producto del trabajo estacional ligado a una de las principales fuentes económicas de O’Higgins y el país, como lo es la agricultura”. En ese ámbito, el edil rancagüino sostuvo que “es indudable que desde hace unos años hemos visto un aumento sustantivo de población migrante, no solo en Rancagua, sino en las distintas zonas del país, y una de las miradas que podemos tener en este aspecto es la estabilidad que ofrece Chile versus las complejas situaciones que se viven en otros países de la región”.
Asimismo, el político socialista aseguró que “los impactos a la ciudad no están generados por las personas propiamente tales” y que “señalar aquello podría considerarse como un error, ya que la población migrante históricamente ha contribuido al desarrollo de Rancagua en casi 280 años de existencia”. Así, Godoy destacó la labor realizada por la Oficina Municipal de Migraciones, donde “nos encontramos realizando un importante y constante trabajo para apoyar los procesos de regularización de quienes llegan a Rancagua buscando una mejor calidad de vida para sus familias”.
Finalmente, respecto a la importancia de realizar el proceso de regularización, Godoy señaló que ésta trasciende en que “les permite resguardar sus condiciones mínimas para poder subsistir en el país y así no exponerse a situaciones de explotación” y que “nos permite a nosotros como municipio poder gestionar de mejor manera ayudas y oportunidades para quienes salen de sus países a buscar mejores oportunidades de vida”.