Julio César Moreira
Fotos: Nicolas Carrasco.
Fue una bonita noche. Ideal para brindar por lo bello de la vida. Su entusiasmo y la buena conversa le hicieron olvidar que debía estar, tempranito, en la mesa 86 del Colegio René Schneider, para asumir como vocal.
Era bastante tarde- más bien temprano, porque comenzaba el nuevo día-cuando recordó su obligación cívica.
Como pudo se irguió y partió raudo al populoso sector, en el nororiente de Rancagua.
Sus compañeros de mesa se percataron de lo “lesionado” que venía. Por un tiempo importante, procuró hacerse cargo de su responsabilidad. No pudo. Su embriaguez no se lo permitió.
Lo ayudaron en su decisión los uniformados. Fue reemplazado y se retiró sin hacer cuestión, previo depósito de su preferencia en la urna.
Este hecho es, quizá, el único que ayer rompió la tranquilidad y orden en que se desarrolló el proceso plebiscitario en Rancagua.
Fue mas bien un día rutinario y para compartir en familia, en la más amplia de su definición.
Votantes llegaron acompañados de sus cercanos, incluso de mascotas, con las que compartieron helados, un rico mote con huesillo o una bebida para espantar el calor.
Los acomodadores de vehículos, sí tuvieron un día distinto. Lograr 15 mil pesos en un par de horas, no puede ser malo. “Está muy buen, mejor que todos lo días”, nos contó Dafne Villablanca, quien ejercía este oficio en las cercanías del Colegio El Cobre.
LEVES PROBLEMAS
Un votante llegó con su carné cortado en dos. Servel y funcionarios del Registro civil se encargaron de habilitar el documento.
Hubo reclamos por cambios de local. Sucedió en el Colegio Mineral El Teniente, hasta donde llegaron sufragantes para informarse que habían sido trasladados a República de Chile.
Ciudadanos intentaron, fallidamente, cumplir su deber cívico con el documento denominado “Comprobante de Bloqueo”. La negativa acaloró, por momentos, la discusión.