Ximena Mella Urra
Fotos: Nico Carrasco
Hace varios días Raimundo Agliati fue “proclamado” por el propio alcalde Eduardo Soto en sus redes sociales, como su sucesor más preparado para el sillón municipal de Rancagua, llamado al que el aludido respondió entre frases “Todo x Rancagua”. Por eso quisimos entrevistarlo y a través de un mensaje nos confirmó nuestra cita. Al visitarlo en el edificio consistorial de Plaza Los Héroes, nos invita de inmediato a un restaurante cercano (Emporio 18), donde nos sentamos en su terraza exterior, espacios que en Fase 3 ya pueden ser utilizados por cafés y restaurantes y que el mismo municipio apoya. De esta manera se fue dando una distendida conversación sobre este y otros temas más.
El actual director del Secplac del Municipio de Rancagua, nos narra cómo fue trazando su vida, su trabajo y su experiencia con la comunidad local. “Siempre me ligué desde pequeño a los temas sociales, tratando de generar un cambio. Mi práctica antes de terminar mi carrera de Arquitectura en la universidad la hice en una dirección de obras de un municipio rural, en condiciones muy distintas a lo que podría encontrar hoy”, pronunció.
Entre sus recuerdos no puede dejar de mencionar su periodo como director regional de Fosis desde 2010, donde señala que estuvo dos años recorriendo la Región de O’Higgins y conociendo las historias de miles de mujeres y jefas de hogar de las 33 comunas. “En un primer momento cuestionaban qué hacía un arquitecto ahí, pero independiente de eso teníamos que avanzar y hacer cambios. Teníamos que avanzar también en temas de arquitectura como en los programas de habitabilidad, de autoconsumo, entre otros”, señaló Agliati.
Posteriormente y siguiendo con la reconstrucción post terremoto 27F, lo invitaron a trabajar en la dirección del Serviu O’Higgins. “Esto era totalmente distinto”, aseguró recordando una anécdota de su primer día en su puesto. “En octubre de 2012 entro a la nueva oficina, abro la ventana y veo mucha presencia policial, y al minuto entra un carabinero quien me cuenta que viene una protesta en camino. Fue el inicio de dos años muy difíciles porque teníamos el desafío de levantar a la región y con casos muy particulares especialmente en Rancagua”, rememoró.
-¿Y cómo llegó al municipio de Rancagua?
Estando en el Serviu el alcalde Soto me invitó en 2014 a sumarme a su equipo de trabajo y acepté. Renuncié a este servicio público pero tuve la opción de tomarme dos semanas completas para disfrutar a mis hijas pequeñas (Isidora y Olivia) tras un largo tiempo de trabajo 24/7, una desconexión que era necesaria.
-¿Hay una fórmula para un buen trabajo comunitario? , ¿lo ha podido desarrollar en este municipio?
Siempre he sido independiente y nunca he militado en un partido político. Las oportunidades se han ido dando y en todos los lugares donde he estado las agradezco porque siempre han respetado mi posición y mirada franca. Esto a veces choca pero terminamos buscando los mejores consensos.
En el trabajo del día a día se va ganando experiencia. En el servicio público y en la toma de decisiones se requiere del trabajo en terreno. Ojalá fuera 100% terreno y me gusta pero hay un trabajo administrativo y de gestión detrás. A mí me gusta recorrer mucho la ciudad, camino en el centro y en el resto de la ciudad ando en bicicleta porque estoy convencido que es más práctico y gano tiempo. Además, mi cargo me permite ver desde otro punto de vista los problemas de la ciudad.
Creo que el servicio público muchas veces son más problemas que alegrías, pero al final del día terminamos satisfechos al ver que estamos aportando y generando un cambio. Acá uno tiene la capacidad de poder estar en directa relación con la comunidad y ligado a las demandas concretas que son más visibles dentro de la ciudad. Creo que el municipio es el lugar que más me enamora.
-¿Es un desafío mayor ser considerado la mano derecha del actual alcalde?
Naturalmente es una responsabilidad grande. Yo llegué a este municipio para apoyar una línea de proyectos y después el alcalde me pidió encargarme de toda la gestión de la Secretaría de Planificación. Para serte sincero cuando entré al municipio lo menos que quería era tener mayores responsabilidades, quería estar en una segunda línea y no tan expuesto.
Con él compartimos bastantes cosas. Él es muy autoexigente y en la forma de ver la ciudad y de que esta funcione a la perfección. Cada detalle que vemos en la ciudad es una exigencia para tener una mejor ciudad y claramente eso lo va traspasando a su equipo. Así fuimos generando una buena dupla con confianza mutua. Estoy feliz de trabajar en una ciudad donde conversas con la gente y te das cuenta que la ciudad pasó de ser gris a verde, que este alcalde logró cambiar la ciudad. Esto te inyecta de energía y alegría al ver que la ciudad justamente ha cambiado.
-Cuando escucha que usted es el “sucesor natural de Eduardo Soto”, ¿qué es lo primero que se le viene a la mente?
Esto pasó de la broma a tomar más seriedad. Esto me lo dijeron cuando entré al municipio hace seis años, pero uno no le da mayor relevancia. Pero en un minuto uno mira para el lado y te das cuenta que es una responsabilidad mayor y una lealtad al trabajo que ha hecho en sus 12 años como alcalde y otros más como concejal. Esto es una responsabilidad con la ciudad y con lo que se ha ido construyendo. Quedan muchas cosas por hacer y es ahí cuando uno toma decisiones y hay que conversarlo con la familia para tomar forma.
-¿Pero está dispuesto ir por la alcaldía?
Se ha venido conversando este tema, pero son temas netamente familiares que se conversan dentro de este ámbito. Tengo una familia maravillosa que siempre me acompaña, mi señora Sofía y las niñas. Lo conversamos y aparece el tema de la responsabilidad y el compromiso con la ciudad porque es 24/7. La vara que deja el alcalde no es menor, pero naturalmente, cuando sea el momento de las candidaturas uno no se puede restar. Está la responsabilidad de poder continuar con este proceso y aún más cuando tienes el honor que la misma autoridad que ha generado lo que hoy es Rancagua, tenga la confianza de invitarte y decirte que tú eres la persona que puede continuar con este tremendo trabajo. Además que lo haga público es un tremendo honor, es bien especial porque en la práctica es un reconocimiento a mi rol dentro del municipio. También es un desafío para tomar una decisión.
LA CIUDAD DEL FUTURO
-A Ud. lo vinculan con la creación de las ciclovías de Rancagua que ya suman más de 60 km. ¿Cómo ha visto el funcionamiento de esta ruta?
Hoy estamos en un proceso de transición a nivel global. Las ciclovías no es un invento de acá. Hoy las ciudades de todo el mundo se están transformando y el Covid 19 aceleró estos procesos. Las políticas públicas de nuestro país hoy promueven una movilidad sustentable e impulsar que las ciudades vayan dando este giro dándole prioridad al peatón, a las bicicletas, al transporte público y por último a los automóviles.
Sabemos que Rancagua es hoy un referente nacional en materia de vías exclusivas para las bicicletas. Pero muchos confunden aún el tema. Los mitos que aparecen sobre que las ciclovías causan congestión y eso no es verdad.
Nuestra visión de ciudad es mucho más para las personas. Hoy muchos rancagüinos están dispuestos a moverse en otro medio. Hasta hace 5 años atrás los que se movían en bicicleta por la ciudad eran considerados unos valientes que se atrevían a ingresar por las calles. Con estas nuevas redes aparecen también nuevos ciclistas que se atreven porque se les entregan las condiciones, más cómodas y seguras. Hay mucha variedad también en el perfil del ciclista, que es lo más maravilloso. Es la ciudad representada arriba de una bicicleta, desde niños hasta adultos mayores la usan.
En Rancagua van a seguir existiendo todas las formas para movilizarse. No es que una autoridad quiera eliminar los autos, pero debemos dar la opción a esta movilidad o simplemente a caminar porque vemos como al día por el Paseo Independencia se movilizan más de 60 mil personas.
-¿Cómo sueña el Rancagua del futuro?
Aún hay un desafío tremendo con el transporte público y que ninguna autoridad regional ha podido ordenar. Ojalá el municipio pueda tener más facultades para intervenir en esto. Si queremos tener una ciudad más descongestionada y con más alternativas, no todos se van a subir a una bicicleta o van a caminar. Queremos que los que se muevan en auto sea porque realmente lo necesitan por temas de logística, de adultos mayores, de carga, de familias, etc.
A futuro veo que todos tengan su espacio y que tengan la libertad de poder elegir la mejor forma de movilizarse. Siempre digo que la ciudad debe ser para las personas y no solo el centro, sino que también consolidar los barrios y espacios públicos, y que las familias puedan tener esto cerca de sus casas. Es que el concepto de barrio, de jugar a la pelota o de andar en bicicleta en la calle, lo hemos perdido por la violencia que hay hoy en las calles, no se respetan. Las familias hoy quieren salir y que se repita lo de antaño.
Por eso queremos tener una ciudad tranquila, para disfrutar entre las personas y que sea más sustentable. En este ámbito estamos muy débiles aún con el tema del reciclaje. Muchos lo quieren hacer, muchos juntan y separan para reciclar, pero tenemos que consolidar mucho más fuerte todo esto que creo es una oportunidad. Por ejemplo, se pueden hacer huertos comunitarios. Hay lugares en Rancagua que se pueden hacer y es un tema de la comunidad y de organización entre ellos.
-Y esta pregunta debo hacerla: ¿Ud. y su familia usan automóvil?
Sí, tenemos auto. Pero te cuento una anécdota. Desde el primer día mis hijas van al colegio en bicicleta. De lunes a jueves lo hacíamos en bicicleta, pero el viernes en auto porque tenía que ir a Santiago temprano y lo estacionaba en calle Alcázar de Rancagua. Mi hija menor lloraba ese día porque quería ir en su bicicleta. Entonces, se juntaron varias cosas, ella me convenció, la calle donde estacionaba instalaron ciclovía y ya no había espacio donde dejarlo. Así es que decidí cambiar la logística y volvía en bicicleta a mi casa a buscar el auto para poder viajar a Santiago.