- El hogar de una cariñosa emprendedora es ahora un centro donde los más pequeños pueden aprender de las abejas, sus productos y beneficios de cuidar a estos insectos.
El pasado 9 de agosto, Cecrea Pichidegua retomó sus actividades de forma presencial. En el marco del Día de la Miel, un grupo de 12 niñas, niños y jóvenes, más sus adultos responsables y 4 facilitadores participaron de un recorrido guiado en “Monimony – La Casa de la Miel”, ubicada en la misma comuna, donde pudieron conocer detalles sobre la producción de este fantástico y sano elemento de nuestra naturaleza.
La actividad contó con todas las medidas sanitarias y de aforo. Las niñas, niños y jóvenes comenzaron la actividad interactuaron y hasta ingresaron a las colmenas que se encuentran rodeadas de bosque nativo y flores silvestres. Allí conocieron detalles de la dulce miel, el nutritivo polen y el saludable propóleo.
La Seremi Lucía Muñoz Sandoval se mostró muy contenta con la realización de esta actividad “ya que es un claro ejemplo de que estamos volviendo a reencontrarnos. Esto no significa que la pandemia ya pasó, pero si es una demostración de que nuestro sector puede volver a realizar actividades presenciales. Confiamos en que paso a paso podamos volver a una normalidad que nos permita recuperarnos completamente”. La autoridad añadió “agradecemos la colaboración de los productores de miel, quienes han permitido que las niñas, los niños y los jóvenes de Cecrea se lleven una experiencia imborrable”.
Una casa muy especial
La casa de la Miel, es el hogar de Mónica Rodríguez Fica, una emprendedora que lleva años desarrollando un turismo sustentable, donde se pueda tomar conciencia de la importancia de la naturaleza, sobre todo de las abejas. Ella vive en el sector de San Luis, una parte rural de Pichidegua y quiere dar un paso más realizando diversas actividades que tienen que ver con el Apiturismo. Un concepto que busca desarrollar el turismo, bajo el alero del mondo de la apicultura.
“Comencé como un hobby hace unos años atrás junto a mi esposo, para aprender a hacer miel con la finalidad de tener en mi casa. Me comenzó a atraer el tema. Estudié mucho, iba a cursos sobre abejas, apicultura y temas relacionados. Comencé a entender el valor de las abejas y su aporte a la naturaleza, su importancia y el cuidado que debemos tenerles. Mi vida ahí cambió”, señaló con orgullo y emoción Mónica Rodríguez al describir sus inicios en el área.
Tras fallecer su marido y quedar con sus dos hijos, mostró la fortaleza, tenacidad, inteligencia y compromiso por salir adelante y poderles dar oportunidades y herramientas. Por ello sola y como se dice “a pulso” y aplicando lo aprendido, comenzó a preparar colmenares y producir miel, sin sospechar que abriría una puerta que escribiría muchas historias de ejemplo, solidaridad, sustentabilidad y fuerza de mujer.
Actualmente los productos marca Moni Mony, son reconocidos regional, nacional y hasta internacionalmente, para consumo, estética o medicinal.