-Proyecto local de la Universidad Mayor se presentó en Espacio Food & Service 2019 realizado entre el 10 y 12 de septiembre en Espacio Riesco.
Ximena Mella Urra
Fotos: Marco Lara
Dentro de la diversificación de la matriz alimentaria en el mercado chileno aparece el alforfón, un grano-también llamado trigo sarraceno- con un importante valor nutricional proteico, con alto contenido de fibra y sin gluten, que hoy está posicionándose en el mercado de la comida saludable.
Desde hace algunos años el alforfón está alcanzando su espacio de desarrollo en la región, gracias a un proyecto de investigación que partió en 2016 bajo la ejecución del Centro de Conservación y Propagación Vegetal (CEPROVEG), dirigido por el académico Juan Velozo perteneciente a la Universidad Mayor, y financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad(FIC) del Gobierno Regional de O’Higgins. Es por ello que al igual que en 2018, sus responsables y beneficiarios se presentaron durante tres días en “Espacio Food & Service”, la feria de alimentación y servicios más importante del país realizada este este mes en Espacio Riesco.
En la ocasión se exhibieron una serie de productos innovadores elaborados desde el grano así como la miel de alforfón, los cuales han sido desarrolladas gracias a esta intervención de la Universidad Mayor en O’Higgins, cuando apostó por el cultivo del grano de alforfón y producción de miel mediante su floración en distintas comunas. En la actualidad se desarrolla la continuidad del proyecto creando nuevas unidades de comercialización del alforfón y sus subproductos.
Daniela Fuentes, directora de Innovación y Transferencia Tecnológica de la Universidad Mayor, valoró esta intervención que busca mejorar la competitividad de la regióon, complementado la investigación enfocadas en áreas productivas. “Nuestros proyectos se basan en el desarrollo de un nuevo cultivo que beneficia a las abejas, sus subproductos y la sustentabilidad del pequeños productores. Ahora estamos viendo los frutos de este trabajo desarrollado por la Universidad Mayor, al ver las producciones de alforfón y a sus agricultores que están entrando en la fase de comercialización de sus productos derivados. Es que se han ido cumpliendo etapas y la idea es seguir en esta región haciendo investigación, con el fin de generar un impacto de lo que hacemos con el entorno”, confesó. “Queremos que los productores de la zona cuenten con un valor agregado ante este momento complejo para el sector agrícola”, apuntó la representante.

SÚPER ALIMENTO
La agricultora Inés Gallardo, de la comuna de Palmilla, conoció hace un año este proyecto y plantó alforfón en sus terrenos junto a su hermana quien se dedica a la apicultura. “Con esto le damos una segunda primavera a las abejas, alimentándolas de manera natural”, destacó. Sin embargo, dice que lo más complicado ha sido disponer de la maquinaria adecuada para la cosecha del grano, “ya que al no contener gluten y poder así certificarlo, tenemos que evitar la contaminación cruzada que se produce al usar una máquina usada en la cosecha de otro grano”. Pese a ello han logrado cosechar y comercializar la semilla para que otros productores siembren el alforfón, el grano para cocción directa en las preparaciones, además de harina de alforfón. “Aposté por el alforfón y planté en mi hectárea logrando la recuperación de los gastos y las abejas ganaron una mayor alimentación y más sana”, declaró Inés.
Además, es sabido que el alforfón aumenta el rendimiento al ser polinizado por las abejas que a su vez aumenta el suyo, y dos veces al año. “Queremos reconvertir a los maiceros, cuyo sector está muy decaído, para que vean el potencial en el alforfón”, añadió el apicultor de Chancón, Joaquín Núñez Romo, quien cuenta con un criadero de abejas reinas que hoy exporta al mercado canadiense.
La semilla de alforfón está recibiendo gran aceptación por parte de los consumidores. Por otro lado, lo podemos hacer rentable ya que por una hectárea se puede producir unas dos toneladas de grano, es muy rentable la producción a granel. Por otro lado, estamos salvando la apicultura en Chile al entregar una nueva flor natural para su alimentación.
Según comenta, la Universidad Mayor ya presentó al Gobierno Regional de O’Higgins una nueva postulación al FIC para desarrollar una nueva etapa de este trabajo en la zona con el objetivo de obtener material biológico vivo (núcleos de unas 10 mil abejas obreras junto a su abeja reina) y su posterior comercialización. “Este sería una alternativa al mejoramiento de las abejas y de los agricultores que hoy están sufriendo por la sequía. Tan solo un ejemplo, de 100 núcleos de abejas crecimos al doble en 25 días, tan solo con 45 días de floración del alforfón, y además logramos cosechar miel”, dice Núñez.
“Este proyecto y trabajo de la Universidad Mayor no pudo haber llegado en su mejor momento. Hoy es nuestro aliado, es una esperanza que tenemos para sobrevivir en el negocio de la apicultura. La asociación también es importante entre nosotros para cumplir con las exigencias, sobre todo, de los consumidores y del mercado al cual exportamos”, manifestó el apicultor.
Por último concluyó en que debemos crear conciencia en que las abejas son nuestro gran salvavidas y Chile tiene el gran potencial de exportarlas. Por eso, llama a sus pares a reinventarse con este negocio “porque el costo-beneficio es muy favorable respecto de otras áreas. Si no innovamos, no seguimos emprendiendo o no nos asociamos, seguiremos mal”.
