Por: Patricio Miranda Humeres
Fue la noche del sábado cuando el conserje del turno nocturno advirtió una imagen extraña en las cámaras de seguridad del Condominio Nueva Esperanza, en la población Centenario, en los alrededores de la Casona Butrón.
En una de las áreas comunes del proyecto inmobiliario, al costado de una de las torres, el agua corría por el pasto y pasillos. “Hubo una tremenda filtración y se rompió una matriz”, afirma Mitzi Torres, propietaria de una de las unidades y quien ha estado a la cabeza de la recopilación de antecedentes de la larga lista de problemas de filtraciones de agua, eléctricos y otros que han debido enfrentar los vecinos.
La situación preocupa en el condominio social, sobre todo porque en 2018, a solo metros de donde ocurrió la inundación del sábado, los vecinos presenciaron cómo un socavón dejó a medio enterrar la plaza de ejercicios que está a la entrada del recinto.
Ante el hecho del pasado fin de semana, Flores asegura que el administrador dio el aviso a la empresa aseguradora con la que tienen el contrato para problemas en espacios comunes y que el día domingo llegó una empresa contratista enviada por la inmobiliaria Armas.
“Los trabajadores dijeron que no podían arreglar porque no estaban los materiales”, acusa Flores. “El lunes llegaron para arreglar, pero el domingo estuvimos prácticamente todo el día sin agua”.
Esto último, dice la propietaria, porque solo les restauraban el suministro durante periodos cortos, siempre monitoreando el lugar de la inundación, que quedó perforado y abierto, “porque se subía el agua y se inundaba, entonces el agua podía llegar a entrar a los primeros pisos”.
Este nuevo anegamiento mantiene tensionada a la comunidad. “¿Qué están esperando? ¿Que se hunda la torre y que ocurra algo más grave? La tierra está avisando”, reclama Flores.
Filtraciones, humedad y fallas eléctricas preocupan a vecinos de condominio social Nueva Esperanza.
A la espera de una solución definitiva
Cuando los vecinos hicieron pública su molestia ante las constantes filtraciones y problemas en numerosas unidades a la inmobiliaria Armas, lograron que gerentes de la empresa fueran al lugar para conocer la situación y sostener una reunión con los propietarios y residentes, además de extender por un año la garantía de las viviendas.
“Nos presentaron una especie de proyecto, donde quieren hacer las conexiones de las cañerías por fuera. Consideramos que es una ordinariez”, sostiene Flores.
La vecina acusa, además, que estas obras no constarían con una nueva garantía y que dado el historial que han tenido con arreglos anteriores que no han funcionado, no confían en que los nuevos trabajos queden bien y no puedan tener derecho a reclamo. Así, Flores asevera que no descartan iniciar acciones legales contra la inmobiliaria.
Además, otra de las alternativas que barajan, es visitar unos edificios en la ciudad de Talca, que también fueron construidos por Armas, pasaron por los mismos problemas de filtraciones en las cañerías y que fueron mostrados a los propietarios de Rancagua, a modo de ejemplo de cómo podrían quedar sus departamentos con los nuevos arreglos.
Por lo pronto, los vecinos de Nueva Esperanza tendrán una nueva reunión este miércoles con representantes de la empresa y del Serviu O’Higgins.
“Lo más probable es que van a ser puros calmantes”, lamenta Flores. “A las constructoras no las monitorea nadie, y tampoco les prohíben que vuelvan a participar de los concursos para las construcciones con subsidios, porque ellas se cambian el nombre y vuelven a postular”.