– El cambio del Porta Estandarte representa la partida definitiva de una generación y también el comienzo del fin de quienes al año siguiente dejarán el uniforme y vivirán su último año.
Suena Radetski , la famosa marcha de Johan Strauss y las abanderadas 2014 – 2015 del colegio Santa Inés ingresan a la pista del gimnasio. Las esperan sus profesores, madres, padres, hermanos; y sus compañeras, las mismas con las que por más de 12 años compartieron conocimientos, alegrías, penas y aventuras. Casi todas se conocieron de niñas, con apenas cuatro o cinco años, y crecieron juntas. Otras se integraron en el camino, pero todas se impregnaron del carisma inesiano, compartiendo esas riquezas múltiples con sus dones y talentos; y donde la fortaleza más importante es la de integrar una comunidad escolar.
Así, como en muchos liceos y colegios de Chile, comienza la despedida de los cuartos medios, fecha en que los estudiantes viven una preparación intensa para rendir su PSU y soñar con crecer y convertirse en hombres y mujeres de bien.
Y días en que la nostalgia invade los corazones de quienes de niños llegaron a cumplir sus sueños a algún colegio que les vio aprender sus primeros números y letras; y más de alguna vez derramar una lágrima o regalar muchas sonrisas entre travesuras y complicidad con pizarrones, sillas y cuadernos.
En el colegio Santa Inés, como es tradicional, el cambio de estandartes se realiza en octubre, durante el aniversario. Es una ceremonia solemne y emotiva.
Al igual que los cuartos medios, las alumnas de tercero medio también participan en ella con un real protagonismo. En unos días más serán las “mayores” del colegio. Están ansiosas y felices, pues quedan con una gran responsabilidad, ser portadoras de lo más importante: la historia y trayectoria del establecimiento. Una historia que les pertenece a todas. A las niñas de primero básico que en abril recibieron su primer carnet de biblioteca, y a las que en unas semanas dejarán las aulas y comenzarán a soñar en serio.
“Mis queridas niñas: hoy, ustedes marcan una etapa muy importante en sus vidas como estudiantes. Cuarto medio ya comienza a ser el principio de una despedida definitiva, donde comenzarán a proyectar todo aquello que motivaron quienes han caminado por años junto a ustedes”. Así sor María Cecilia González, la directora del colegio, comenzó sus palabras a las alumnas. “El ser humano es una creatura que va aprendiendo mediante lo que otros van haciendo para y con nosotros; es ahí donde se juega el verdadero compromiso de aquellos que caminamos delante de ustedes. Nadie que sienta un compromiso realmente serio y significativo abandonará el profundo deber de acompañarles hasta dejarlas desde donde ustedes mismas comienzan a escribir su propia historia (…) la que las hará ser ustedes mismas y no una copia de alguien” agregó la directora.
Así, emocionadas hasta las lágrimas las alumnas recibieron el mensaje de quien por más de ocho años ha liderado el proyecto educativo construido hace 61 años y quien también pasó por esas aulas como alumna, viviendo algún un momento como ese.
“En la conocida obra El Principito, el pasaje en que el zorro conversa con su pequeño interlocutor, éste le dice que “lo esencial es invisible a los ojos”. Niñas las invito a que sean lo suficientemente agudas en su mirar con el corazón, ahí está el verdadero afecto que se juega día a día. Y lo suficientemente inteligentes para que sepan distinguir el verdadero y leal compromiso con ustedes” finalizó María Cecilia González.
Pero las palabras emotivas no solo fueron de la madre directora a sus alumnas. Ellas, tanto las de cuarto medio como las de tercero, quienes recibieron los símbolos del colegio, también tuvieron un espacio para expresar sus sentimientos. Valentina Ramírez de Tercero medio A enfatizó en que este es un nuevo paso que deben dar. “Seremos las más grandes del colegio y las responsables de representar a nuestra institución por el año que viene, lo que es un gran desafío que prometemos tratar de llevar a cabo de la mejor manera posible. Por su parte Ivania Ramírez, del tercero medio B destacó el acto de recibir los emblemas del colegio de manos de las alumnas que egresan, recordando que por un año los han llevado con mucho orgullo. “Estamos seguras de que podrán cumplir sus sueños. Y que de igual manera podrán atesorar los recursos adquiridos en estas aulas. Los terceros medios tenemos la misión de seguir dejando en alto el nombre de nuestro colegio como aquellas generaciones que ya lo han hecho. Y las abanderadas serán las encargadas de encarnar con orgullo y carisma los valores del colegio. Esto no es un deber, es una opción” señaló. Por su parte Javiera Reyes a nombre del cuarto medio A recordó aquel día en que ellas siendo alumnas de tercero medio esperaban con ansiedad este momento. “A ustedes, compañeras de tercero medio no me queda más que decirles, el tiempo es corto, salgan a escena y brillen”.
Y fue Gabriela Guevara del cuarto medio B, quien habló a todos y todas expresando el sentir de muchos quienes estaban ahí, transportados a esos días en que las alumnas llegaron con sus coloridas mochilas rosadas, y cuidados moños hechos con el amor de sus madres. Recordaron lo aprendido y las experiencias ganadas. El escritor Víctor Hugo salió a escena con aquellas palabras en que dice “ El futuro tiene muchos nombres: para los débiles es inalcanzable; para los temerosos es lo desconocido, pero para valientes es la oportunidad”. Ante esto Gabriela reflexionó diciendo a sus compañeras “seamos mujeres valientes, dispuestas a enfrentar el futuro, pero no sin antes haber disfrutado al máximo este breve presente”.
Mientras las palabras de Gabriela continuaban emocionando a los asistentes, aún faltaba lo más importante, el cambio de estandartes. Fue así, como en menos de cinco minutos, y tras haber esperado con ansiedad y emoción, las alumnas de tercero medio recibieron de parte de quienes dejarán el colegio en unas semanas la Bandera, el Estandarte y las cintas tricolores de las escoltas. Ellas representarán a la institución durante el 2016, y en octubre nuevamente la comunidad escolar se reunirá a presenciar un acto similar, cargado de emociones y símbolos, donde el carisma y la historia inesiana serán protagonistas una vez más.
Así San Vicente de Tagua Tagua, fue testigo una vez más de la solemnidad, el respeto y la seriedad de una ceremonia que arrancó muchas lágrimas a los asistentes. Sobre todo a profesores, padres y apoderados, quienes sin darse cuenta vieron cómo esas tímidas niñitas que llegaron de poco más de cuatro años, hoy ya convertidas en unas mujercitas visten sus últimos días de uniforme, e ilusionadas esperan el momento en que dirán adiós a la comunidad escolar que las formó y saludarán al futuro para el que se han preparado con el amor entregado por sus padres, profesores, compañeras y religiosas del colegio.